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Los alumnos del IES Manuel Gutiérrez Aragón, en el Centro de Formación de Solvay
Siempre apostando por I+D+i

Siempre apostando por I+D+i

Desde su fundación hasta la actualidad, Solvay es un grupo químico que ha destacado por posicionarse como referente mundial

m. g. rumoroso

Lunes, 18 de enero 2016, 12:37

Los alumnos de segundo de Bachillerato del IES Manuel Gutiérrez Aragón han conocido de primera mano e in situ a Solvay, su mentora en el proyecto STARTinnova en el que ambos se estrenan como participantes en esta edición. El director general de Solvay para España y Portugal, Jorge Oliveira, les dio la bienvenida reconociéndose encantado de participar en un proyecto con estudiantes tan jóvenes, que son «el futuro del país». Precisamente por su juventud les ha animado con este consejo: «Si tenéis una idea, insistid y trabajad en ella porque podéis revolucionar el mundo», destacándoles que: «la innovación consiste en poner una idea en marcha y ser revolucionarios. Vosotros podéis serlo».

En esa mísma línea el profesor de Bellas Artes Juan Carlos Fernández, que coordina a los estudiantes participantes en STARTinnova ha comentado que en las reuniones de trabajo que han tenido la máxima seguida ha sido: «saber bien en que destacamos y somos buenos para pensar a que le podemos dar una tuerca y mejorarlo». El tutor ha destacado la complejidad de una sociedad en la que «todo está inventado», pero está satisfecho e ilusionado con las ideas en las que están trabajando, incluso con las que al principio del proyecto hasta el mismo tenía dudas de su viabilidad, según ha confesado pero ahora está seguro de que tendrían demanda.

En el Centro de Formación de Solvay los jóvenes han presentado sus ideas de trabajos a los mentores asignados, con los que han intercambiado impresiones y aclarado bastantes cuestiones sobre detalles que subsanarán de cara a formalizar sus propuestas. El encuentro mantenido entre el centro y la empresa ha sido muy enriquecedor para ambas partes.

Además los estudiantes han conocido más en profundidad a la empresa, partiendo de la base de despejar el interrogante del por qué de la ubicación de esta fábrica belga en este enclave. Lo que hizo que Solvay llegase a Cantabria fue la riqueza de materias primas del entorno con acceso a recursos como: el agua, la caliza (cantera de Cuchía ya sin actividad y San Felices de Buelna), la sal (sondeos en Polanco) y el carbón (procedente de las minas de Mieres, en Asturias) así como la buena localización con comunicaciones por carretera y la próximidad del puerto de Santander, clave para el principal transporte de mercancias. Así es como empieza a escribirse en España la historia de esta química, con sede en Bruselas, en el año 1904 con la construcción de su fábrica en Barreda, próxima al tejido industrial de Torrelavega, factor también decisivo por tener una cultura muy adelantada en este área en aquella época. En 1908 abrió sus puertas para producir sosa caústica y carbonato sódico, y convertirse en lo que es hoy: un referente químico mundial en la producción de carbonato sódico y bicarbonato sódico, sal, cloro y derivados.

En todos los hogares

Los productos Solvay no son conocidos bajo una marca comercial con su nombre, pero si están presentes en todos los hogares debido a las múltiples aplicaciones en los que deriva el uso de su producción como en el caso del carbonato sódico que se puede encontrar en: vidrio, detergentes, metalurgia, textil, farmaceútica, tecnologías mediambientales, industria del papel e industria química, construcción y obra civil, etc., y en el caso del bicarbonato sódico en la empresa alimentaria tanto humana como animal (componentes para piensos) entre otros usos.

La fábrica cántabra ocupa una superficie total de 12.483.448 m2 de los que 779.400 m2 están destinados a uso industrial. Es la más importante del país, donde hay 5 centros más de trabajo distribuidos entre Andalucia (Escúzar), Cataluña (Blanes, Martorell y Súria) y Madrid.

Empresa familiar

El grupo químico está presente en 52 países por lo que tiene a más de 26.000 personas empleadas, de las que más de 700 trabajan en Cantabria. Como una gran empresa que es debido a su alto nivel de trabajo y rendimiento cotiza en bolsa, pero sigue siendo una empresa familiar en cuanto al accionariado.

La formación es una de las prioridades de la empresa. En el año 2015 se destinaron 19.000 horas lectivas, lo que suponen una media de 46 horas por trabajador.

Solvay apuesta por la formación y la innovación de ahí su participación en STARTinnova. La consigna del I+D+i se mantiene desde que su fundador Ernest Solvay revolucionase la producción de carbonato sódico hace más de 150 años. A partir de ahí se han llegado a desarrollar conceptos como el biosourcing una alternativa a las materias primas fósiles; el sílice aplicado a neumáticos más eficientes o los polímeros de alto rendimiento que reducen el peso de coches y aviones, con mención especial en este campo al proyecto Solar Impulse.

Compromiso medioambiental

Una de las consignas de Solvay es creer que las soluciones químicas no tienen que conseguirse a expensas del medio ambiente, ni tampoco a costa del respeto por el ser humano, sin obviar la existencia de la intervención del hombre en la explotación de los recursos. De ahí que la empresa esté inmersa, entre otras iniciativas, en un proceso de recuperación paisajística del entorno de la cantera de Cuchía tras 80 años de actividad. En la actualidad el lugar está en pleno proceso de transformación tanto de la propia regeneración de la naturaleza como la actuación que se está llevando en la zona donde ya hay una colaboración con SeoBirdLife, con la instalación de paneles informativos para poner en valor el potencial de este sitio.

El Bosque Cantabria Futura o la senda cicloturista que atraviesa el anillo verde perimetral de la empresa son otras de sus actuaciones. De esta manera se intenta conseguir un equilibro medio ambiental.

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