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El Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE) se define como un lugar para fomentar la cultura emprendedora y la innovación. Esto hace que sea una organización idónea para llevar a cabo la evaluación de los 109 proyectos que han presentado los alumnos en esta edición de ... STARTinnova, unas valoraciones de las que se han desprendido qué trabajos son los diez finalistas. El director del centro, Manuel Redondo, explica que en CISE desarrollan proyectos de formación, de apoyo y transferencia a emprendedores, de investigación y de sensibilización en cultura emprendedora, lo que hace que sea un organismo idóneo para valorar las ideas que presentan los jóvenes participantes en STARTinnova.
–¿De qué forma está ligada la evaluación de proyectos a su centro?
–En CISE estamos dando apoyo cada año a cerca de 2.000 emprendedores de seis países diferentes en cerca de un centenar de centros de preincubación de ideas emprendedoras. De ahí nuestra experiencia para diseñar procesos formativos, acompañar a jóvenes y evaluar proyectos emprendedores. Hemos tratado de transferir esa experiencia de evaluación de proyectos al programa STARTinnova.
–Además de evaluar, también imparten formación.
–La formación en STARTinnova viene a través de una plataforma y son los profesores de los centros los que guían el trabajo de los alumnos. En los inicios del programa, pensamos que estaría muy bien que los docentes tuvieran herramientas adicionales a las propias de los estudiantes, dotándoles de algo que les empodere aún más, que les confiera más conocimiento sobre la temática emprendedora, lo que les da más confianza a la hora de trabajar con los equipos. Por ello, diseñamos una formación específica para los profesores. A lo largo de estos años se han formado muchísimos docentes y en esta edición se han apuntado once. De forma acumulativa, ya son la mayoría de los docentes de los centros los que han pasado por esta formación.
–¿Cree que los centros educativos van teniendo más consciencia de la importancia de impulsar el emprendimiento?
–Es una necesidad imperiosa. Los espacios por sí solos no son suficientes, hay que acompañarlos con una agenda de actividades y juntar a personas que pueden ser de perfiles diferentes para que trabajen de manera conjunta. Ahí sale toda la riqueza, donde involucras a profesores que tengan ganas de compartir tiempo con sus alumnos y que se formen de manera específica. La asignatura para fomentar la actitud emprendedora es muy importante. Es la forma de echar a andar todo el sistema.
–¿Cómo viven los jóvenes el emprendimiento?
–Seguramente no lo tienen en mente como una salida profesional, pero lo que sí que tienen en mente es la empleabilidad. El desarrollo de competencias transversales es fundamental para las empresas a día de hoy. Lo dicen todos los estudios: es necesario practicar esas habilidades. La formación es importante y la experiencia también. Dotar a las personas de entornos experimentales, como puede ser la práctica emprendedora, es la mejor manera de que adquieran las competencias que demandan las empresas.
–¿Qué ingredientes tiene que tener un buen proyecto?
–Son varios los aspectos que valoramos: por un lado está la parte creativa, la originalidad, la innovación... Por otra parte está la parte financiera, que el modelo económico se pueda sostener, que sea realista. Si se ha presentado una investigación clara de mercado, porque hay que tener en cuenta también el impacto y tener muy bien definido el perfil de cliente y los canales con los que se puede llegar a él. Tenemos en cuenta que es gente muy joven y tratamos de ver las inquietudes de los estudiantes. Ves como han trabajado y te puedes poner en su mente.
–En términos generales, ¿qué destacaría de los trabajos de esta edición?
–Sin duda, la creatividad de los jóvenes. Gracias a iniciativas como esta, invitamos a gente a pensar en ideas y modelos de negocio a veces revolucionarios. Están incorporando aspectos que nos deberían importar a todos, más allá de los retos tecnológicos o que den respuesta a demandas de ocio, porque se están centrando en solucionar retos sociales. Nos damos cuenta de que a los jóvenes les preocupa la redistribución de la riqueza, el medio ambiente... y proponen ideas para solucionar esos problemas. Poder descubrir esto nos parece muy bonito.
–¿Cómo afrontará el CISE la Defensa de los proyectos?
–Ahí entra una nueva variable en juego: la capacidad de comunicación. Es una presentación ordenada de su proyecto, cuál es el problema que intenta solucionar, cuál es la solución, el mercado, el modelo económico... Al final, el equipo tiene que tener la capacidad de presentar de manera verbal todo lo que ha trabajado y exponer las conclusiones que ha obtenido. Precisamente, saber comunicar es una habilidad muy requerida para las empresas por que implica liderazgo, trabajo en equipo, responsabilidad... Valoraremos también la capacidad que tengan de responder a las preguntas que se les plantean: hay cinco minutos y desde el CISE vamos a hacer preguntas porque enriquece muchísimo el proceso de valoración.
–¿Qué espera que se lleven los alumnos de esta experiencia?
–Espero que les sirva para practicar las competencias que piden desde las empresas y que hayan disfrutado del trabajo en equipo.
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