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La creadora y youtuber Esty Quesada, más conocida como 'Soy una pringada'.

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La creadora y youtuber Esty Quesada, más conocida como 'Soy una pringada'. DM .
Santander Social Weekend

Soy una pringada: «Si te muestras como eres te escuchan porque en internet hay poca verdad»

Esty Quesada (Soy una pringada), youtuber, guionista y directora, ha escrito dos libros y creado su propia serie para Atresmedia en un periplo que comparte el fin de semana en el Santander Social Weekend

José Carlos Rojo

Santander

Miércoles, 20 de febrero 2019, 07:40

Hace ya dos años que Esty Quesada 'Soy una pringada' (Barakaldo, 1994) comenzó a desnudarse frente a su webcam; no físicamente, sino de alma, algo que es mucho más complicado. De inmediato comenzaron a pronunciarse seguidores de sendos ejércitos:uno de fans, que la alzaban hasta el altar de influencer de éxito;otros críticos, capaces de insultar y vejar hasta límites inconcebibles. Unos y otros son igual de necesarios, basta con recordar a Cervantes:'Ladran, Sancho, señal que cabalgamos'. Y ha cabalgado tanto que en tan poco tiempo se ha convertido en una de las youtuber de mayor éxito de España, publicando libros, escribiendo, interpretando y dirigiendo su propia serie de televisión... «Creo que he demostrado que tengo algo que contar y que funciona porque es de verdad».

–Dice que hay mucha mentira en internet.

–Todo el mundo es muy falso. Yo dije que iba a contar mi verdad y la gente valora mucho la autenticidad porque escasea mucho. A mi me han discriminado muchas veces por vivir en mi mundo;pero por lo menos el mío es de verdad, no como el de otros muchos, que es completamente falso.

–Esa forma de ser se plasma en todo lo que hace, también en la serie 'Looser', producida por Atresmedia.

–Y aún me encuentro con problemas...

«Esto de la popularidad trae aduladores que se arriman por el interés, y he sufrido lo mío»

–¿Con qué?

–Con que los productores son mayores. Tenemos frente a nosotros una brecha generacional inmensa y muchas veces me cuesta que entiendan que hay ciertas cosas que están en el guión porque funcionan, aunque ellos no las entiendan.

–¿Pero al final le hacen caso?

–Es fácil discutir. Porque yo pongo cosas que ellos no entienden por ser demasiado mayores, y cosas que quieren poner ellos que yo no comprendo por tener 25 años.

–Pues quien no la conoce es porque no quiere, porque literalmente desnuda su alma en redes.

–Todo esto tiene también su parte peligrosa. Una se ve inmersa en toda esta vorágine de la popularidad y aparecen aduladores que se arriman por el interés. He sufrido lo mío porque tuve una amiga durante mucho tiempo que pensé que era sincera, y al final resultó que solo estaba conmigo por el interés, por mi fama.

«Dejar la casa familiar en Baracaldo y venirme a Madrid me sacó del agujero, me dio vida»

–Todas estas experiencias le ayudan a crecer como persona...

–He evolucionado mucho en ese ámbito. Antiguamente tenía mucho complejo de Kurt Cobain. Me torturaba pensando que tenía que hacer lo posible porque la gente me aceptara. Eso se acabó. Ahora soy yo la que acepta a la gente, soy yo quien decide a quien quiero tener a mi lado. Si procuras estar bien con todo el mundo, caerle bien a todo el mundo, vas a morir en intento.

–Porque de veras es imposible...

–Yo agradezco todo esto malo que me ha pasado porque veo que al final de todo este túnel, hay una luz. Me llevo lecciones que me hacen ser más sabia a la hora de andar por la vida.

–Muchos de sus seguidores verán en sus avatares vitales el reflejo de su propia vida, de sus propias desdichas.

–Siempre se conecta mejor con el perdedor. No me trago estas influencers que posan en bañador, estupendas, en playas paradisiacas de tailandia. La gente quiere que le muestren vidas que son de verdad. Buscan alguien como yo, que un día me despierto confesando que no estoy tan mal y otro digo claramente que me gustaría suicidarme.

–Lo malo es que normalice el suicidio o la idea de barajarlo. Pensando que se dirige a adolescentes...

–Pero es que el problema viene cuando lo reprimes. ¿Qué es mejor ante un caso de acoso escolar?Yyo lo sufrí. ¿Que se oculte y nunca se ataje, o que se haga público y se busquen soluciones? Yo viví una infancia muy triste. De niña tuve un trastorno que me impedía pronunciar palabra en la calle, frente a gente que no fuera mi familia. Hasta que no me fui al psicólogo, no me di cuenta de que eso era un trastorno y que era algo humano, que le había pasado a más gente. Yo pensé que era defectuosa, que era la única rara.

–Ahora, como dice, ha visto la luz al final del túnel.

–Dejar mi casa en Baracaldo e irme a vivir a Madrid me sacó del agujero. Aquí soy como quiero ser y hago lo que quiero hacer. Además, tengo muchos proyectos profesionales y eso me ayuda a realizarme como persona y como profesional. Y todo ha sido gracias a internet. Aún imagino qué hubiera sido de mi sin internet. Aún seguiría encerrada en Baracaldo, si seguía...

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