«La vida es ahora como un clínex, de usar y tirar; antes todo calaba más»

Todo comenzó con un 'me gusta' en redes sociales. Con un viaje nostálgico a los iconos que marcaron la infancia de esa generación ochentera, que protagonizó el 'Baby Boom', y que ahora disfruta de poder adquisitivo suficiente para invertir en la resurrección de ese pasado que parece haber quedado atrapado en los libros de texto, en los juguetes y en todos esos objetos con una capacidad evocadora casi mágica. No es una moda. Lo atestigua la respuesta del mercado:cuatro libros, un juego de mesa, conciertos y una gran exposición: «Venimos al Santander Social Weekend a explicar cómo hemos llegado aquí».

–Javier Ikaz (J.I) Creamos la página de Facebook en 2010. Todo lo que ha pasado nos ha cogido por sorpresa porque de inicio la idea tenía un fin únicamente lúdico. Pero supongo que la fuerza de la nostalgia es muy fuerte.

–J.I No queríamos limitarnos a recuperar el '1, 2, 3'. Así que empezamos a rescatar de todo. Un día, de pronto, hubo un boom de seguidores, y aún no sabemos por qué. Pasamos de 4.000 a 30.000.

–Jorge Díaz (J.D) Sí, esa cifra llegó después. Primero, cuando nos dimos cuenta de que esto tenía tirón, creamos el blog, que es algo a lo que nos dedicábamos también de manera profesional. Yen 2012 varias editoriales se pusieron en contacto con nosotros para poner en marcha el libro. Hoy ya son cuatro los que se han publicado y siguen vendiéndose muy bien. Luego vino el juego de mesa, y más recientemente el concierto. Ahora estamos preparando una exposición en Gijón con la gente del festival Metrópolis. Es muy interesante porque se trata de una experiencia inmersiva donde recrearemos varias estancias, desde una habitación de la época, con todo detalle, hasta una sala de recreativos, por ejemplo.

–J.I La música, la moda, el cine, la televisión... Las marcas vivieron una explosión comercial tremenda. Fueron años de un gran despegue de la industria del ocio. Se crearon iconos que han pasado a la Historia.

–J.D Es que en aquel tiempo todos veíamos lo mismo porque había solo dos canales de televisión. Si Diana de 'V' comía una rata, o si a Sabrina la cantante se le salía una teta en Nochevieja, se convertía en tema viral, aunque no hubiera redes sociales. Todo el mundo en el colegio hablaba de ello. Ahora, la familia puede sentarse frente al televisor pero uno está con el móvil, el otro con la tableta...

–J.I Basta con recordar los grandes taquillazos que hubo en cine. Aquella cultura quedó muy marcada. Las videoconsolas, los juguetes...

–J.I En aquel entonces, si grababas un casete, lo escuchabas dos o tres años. Esa música se ha fijado en tu memoria a fuego. Por eso el poder evocador es tremendo. Sucede con eso igual que con otras cosas. Ahora entras en Netflix y tienes infinidad de series. Te ves una temporada un fin de semana y te olvidas. No deja poso.

–J.D Es que además hay gente que en su día no pudo tener la 'Nintendo Nes', por ejemplo, porque sus padres no pudieron comprarla. Y ahora, de mayor, puede recuperarla en esa versión retro que han hecho. Es como ajustar cuentas con uno mismo.

–J.D Ahora hay mucha más información con internet. Eso no tiene por qué ser malo. Lo que vivimos es una 'infoxicación'. Intoxicación por información.

–J.D Ahora no se puede decir que haya modas, solo tendencias. Duran apenas unos días. Parece que la vida entera es como un clínex, de usar y tirar. Antes las cosas calaban más.