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Las legiones romanas, durante su paseo triunfal por la Avenida de Cantabria, ayer abarrotada de vecinos y visitantes.
La historia desfila por Los Corrales

La historia desfila por Los Corrales

Miles de personas abarrotaron las calles para ver el Gran Desfile General de las Guerras Cántabras

NACHO CAVIA

Lunes, 8 de septiembre 2014, 08:29

Romanos y cántabros se dieron ayer todo un baño de multitudes por las calles de Los Corrales de Buelna, abarrotadas de gente para presenciar el Gran Desfile General con el que las Guerras Cántabras clausuraron su décimo cuarta edición, que si se ha distinto por algo ha sido por su récord de visitantes.

Un paseo por la historia en el que tomaron parte 1.800 personas debidamente ataviadas para la ocasión. Los mejores atuendos, el más espectacular armamento y los complementos más vistosos adornaron una sensacional parada que discurrió a lo largo de toda la Avenida de Cantabria, donde no cabía ni un alfiler. Apostadas a ambos lados de la calle, miles de personas disfrutaron de lo lindo de uno de los momentos álgidos de la fiesta, ése en el que romanos y cántabros unen sus fuerzas con un objetivo común: divertirse y divertir a los demás.

Ya antes, desde bien temprano, Los Corrales de Buelna empezó a respirar historia. 'Romanos' comprando el pan o tomándose un vino, 'cántabros' ojeando la prensa o paseando por algún rincón de la localidad... Con la familia, con los amigos, con la pareja o incluso solos... El ambiente festivo era por la mañana el habitual de todos los años en este día tan especial para los vecinos de la localidad corraliega, muy felices por la celebración y al tiempo algo tristes por la proximidad de su final.

Impresionante gentío

A ellos se fueron sumando los miles de visitantes que desde primera hora de la mañana se acercaron a un pueblo volcado con una fiesta cada año más multitudinaria, disfrutando y participando de los actos del día grande.

Desde las doce del mediodía, el peregrinaje a Los Corrales de Buelna fue incesante.

Un continuo llegar de personas que se sintió ya durante el Certamen de Pócimas y Brebajes sin alcohol y la Gustatio.

Tribus y legiones ofrecieron gratuitamente a todos los visitantes sus bebidas y comidas particulares, basadas en los gustos y costumbres de cada grupo. Nadie quedó decepcionado porque hubo para todos. Y es que, en total, se repartieron alrededor de las 10.000 muestras de bebida y comida.

Y entre pincho y caña, o vino, exhibiciones de grupos de recreación histórica llegados desde distintos puntos de la geografía nacional y paseos gratuitos por el recinto para contemplar las tiendas romanas y las cabañas cántabras y para admirar el Templo de Jano, las catapultas y los escorpiones, los hornos de pan, los telares y hasta un 'caldarium', todo ello parte de un auténtico parque temático que sigue llamando la atención a cuantos repiten visita.

El gran momento

Para cuando llegó el gran momento, a eso de las seis de la tarde, en Los Corrales de Buelna ya no había sitio para nadie. Ni un hueco. Por la avenida principal tan solo se veían cabezas y, entre ellas, las cámaras de los muchos medios de comunicación presentes en el Desfile General de Tribus y Legiones, protagonizado por 1.800 personas repartidas en 13 tribus cántabras y 13 legiones romanas.

Juntos, los participantes recorrieron toda la Avenida Cantabria - desde San Mateo a Somahoz- para acabar en el campamento festero. Con ellos desfilaron los integrantes de otras fiestas de recreación histórica llegados desde distintas comunidades autónomas así como músicos, cántabros y romanos, que marcaron el ritmo de una larguísima comitiva.

Y si la guerra la ganaron los romanos, el desfile lo ganaron los cántabros, ayer mucho más vitoreados y jaleados por el público presente, aunque también es cierto que la marcha de los romanos llamó mucho la atención por las formaciones en flecha, la famosa tortuga, el gran César abriendo el desfile conquistador, el sonido de las sandalias chocando con el suelo al unísono de los tambores... Todo un espectáculo para la vista.

Boquiabiertos, los niños se debatían entre sus ganas de ser Corocotta y sus deseos de llevar las cotas romanas, el escudo, el gladio, los cascos. Su enorme imaginación no tiene bandos.

También hubo regalos al oído. Durante el desfile, se pudo escuchar el primer tema musical compuesto para la gran fiesta corraliega, el 'VII Gémina', de Javier Cabañas, interpretado por la Banda de Nuestra Señora de la Virgen del Mar, dirigida por Noemí Barrera, y la Banda de Cornetas y Tambores del Carmen, del Barrio Pesquero, dirigida por José Ángel Hernández.

En torno a las ocho de la tarde, con todos, festeros y visitantes, ya en el campamento, la fiesta entró en su punto final.

La sacerdotisa Drusila y el propio César Augusto protagonizaron el Cierre del Templo de Jano como muestra del fin de las hostilidades. Cayo Antistio y Agripa se subieron al escenario del templo para la Proclamación de la Pax y Ley Romana, como símbolo de la victoria del ejército conquistador. Y las diosas Minerva y Cantabria apagaron el Fuego Sagrado que ha permanecido encendido desde el inicio de la celebración, dando por concluida la décimo cuarta edición de una fiesta que este año ha conseguido batir sus récords de participación y de recaudación.

Quedan los mejores recuerdos y, aún, mucho trabajo por hacer; desmantelar el campamento, levantar las cabañas, bajar las tiendas, desmontar el Templo de Jano y guardar el material que ha permitido hacer vida de campamento a los 1.500 socios de una fiesta que mira ya a 2015.

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