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Nacho Cavia
Sábado, 30 de abril 2016, 09:51
La residencia para mayores de Tarriba, en San Felices de Buelna, abrirá definitivamente sus puertas el próximo lunes 9 de mayo, transcurridos más de cinco años desde que se colocó la primera piedra de una instalación "de auténtico lujo", como ha señalado el alcalde, José ... Antonio González Linares, en muchas ocasiones.
Según la empresa Ballesol, que será la que gestione los próximos 50 años esa residencia, el 9 de mayo se abrirán las puertas para los primeros residentes y comenzarán a trabajar las personas seleccionadas durante los últimos días, casi la totalidad del entorno. El edificio tiene una capacidad de 80 plazas (40 habitaciones individuales y 20 dobles) y se espera que de trabajo a 58 personas cuando esté al completo.
La inversión final que la empresa Ballesol ha hecho en ese edificio (con una superficie construida de 3.200 metros cuadrados) y su equipamiento ha alcanzado los 4,5 millones de euros, aprovechando una parcela de 4.900 metros cuadrados cedida por el Ayuntamiento de San Felices.
Desde el Ayuntamiento se destaca que en todo momento se ha cuidado al detalle la puesta en largo de ese proyecto. Comenzando por la idea y el diseño, que se adjudicó a un gabinete de arquitectura cántabro, de Los Corrales de Buelna, dirigido por Óscar del Val. En la gestión se eligió a la empresa madrileña Ballesol, especializada en el área, con más de 35 años de experiencia y más de 7.000 plazas residenciales repartidas por toda la geografía nacional.
A partir de ahí, el edificio es un ejemplo de comodidad, accesibilidad y cuidado del medio ambiente. De los más de 1.500 metros cuadrados que tiene por planta, ni uno solo supone una barrera arquitectónica. Dispone por piso de una sala de estar de 150 metros cuadrados y un comedor de otros 100, ambos unificados y completamente abiertos, enfermería, farmacia, cocina y un servicio general de administración, capilla e incluso peluquería, una agradable terraza, salas de terapia y gimnasio.
En su diseño, el objetivo fue integrar completamente el edificio en el entorno en el que se encuentra, de tal forma que no parezca un edificio añadido, sino uno más de esa finca, que ya cuenta con un centro social y un edificio multiusos, unidos por la nueva residencia. Para ello, según el arquitecto, Óscar del Val, se partió de una fachada de piedra con cubierta de teja cerámica. Se aprovechó la iluminación natural en la medida de lo posible y se dotó de un aljibe que recogerá el agua de lluvia para su aprovechamiento.
Pero hay más. La futura residencia para mayores de San Felices de Buelna tendrá la mejor de las calificaciones posibles en eficiencia energética y cuidado del medio ambiente tras la aprobación de las últimas modificaciones de un proyecto que se adapta a las nuevas tendencias para convertir la energía que utilizará ese edificio en cien por cien ecológica. En las reuniones periódicas de todos los implicados en la construcción se llegó a un acuerdo sobre el sistema de calefacción, optando por la utilización de la biomasa, una calefacción totalmente ecológica que caldeará el edificio y el agua sanitaria, dos cuestiones esenciales en un servicio así, una apuesta por combustible renovable de origen vegetal con muchas ventajas adicionales. Y a pesar de que el coste de las calderas aún es muy superior al resto de sistemas, el combustible en este caso supone un ahorro de más de un 40% respecto al gas-oíl, por ejemplo.
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