La ruidosa protesta de la plataforma contra Las Excavadas revienta el Pleno

El último precedente lo protagonizaron 400 trabajadores de Sniace, que reventaron un Pleno en 2013 en el que, curiosamente, se iban a debatir mociones de apoyo a la plantilla, que acababa de ser despedida. La protesta de ayer fue menor. Solo una veintena de manifestantes fue autorizada a entrar en el salón de plenos, cuyo aforo está limitado por sufrir graves daños estructurales.

Eso sí, portando una gran pancarta y vistiendo camisetas reivindicativas, no dejaron de gritar sus lemas en ningún momento: Nuestra tierra, nuestro futuro;Gobernáis para especuladores;El hormigón no es la solución; La cuenca del Besaya no se calla; El que vende nuestra tierra, no nos representa... El ruido era tan ensordecedor que hasta el nuevo interventor, Casimiro López, se tuvo que tapar los oídos.

Después de 15 minutos de espera, el alcalde logró intervenir para dar comienzo a la sesión, que quedó interrumpida poco después, cuando el Pleno se disponía a debatir el punto sobre Las Excavadas. Al alcalde le fue imposible hacer frente al boicot. Los gritos de los manifestantes abortaron cualquier intento de tomar la palabra. Ni siquiera la prensa pudo realizar su trabajo en el lugar reservado para ello y tuvo que refugiarse en una sala cercana, a la que también acudieron concejales con dolor de cabeza por los gritos. Otros aguantaron el tirón mirando sus teléfonos móviles, escribiendo o levantándose para ir al baño, mientras la televisión local (Vegavisión) lo retransmitía en directo.

Al cabo de una hora (ocho de la tarde), Cruz Viadero decidió hacer un receso y convocar una reunión de la Junta de Portavoces. Lo que iba a ser un descanso de cinco minutos se convirtió en más de una hora de espera. Hasta el vecino Cipriano Higuera aprovechó el momento para realizar su habitual protesta, también en voz alta y subido en una silla, contra el traslado del Museo Vicente Trueba desde el pabellón que lleva su nombre al complejo deportivo Óscar Freire.

Último intento

Finalmente, a las nueve y cuarto de la noche, dos horas después de comenzar el Pleno, el alcalde intentó reanudarle, encontrándose con la misma respuesta de los miembros de la plataforma, la mayoría jóvenes. Entre gritos de vergüenza y fuera, Cruz Viadero anunció que se levantaba la sesión ante la imposibilidad de tomar la palabra. La Asamblea en Defensa de Las Excavadas, integrada en su mayoría por grupos de izquierda radical y ecologistas, no ha dejado de movilizarse desde que se constituyó, hace unos meses.

La Corporación iba a debatir la firma del convenio con la empresa pública Sicán, dependiente de la Consejería de Industria, para la construcción del nuevo polígono industrial del municipio. Sicán se encargará de la gestión del suelo y el desarrollo del proyecto del parque empresarial y tecnológico de Las Excavadas, declarado recientemente de interés regional (PSIR) por el Gobierno de Cantabria. La empresa pública se encargará de hacerse con los terrenos, 50 hectáreas de praderías situadas entre Tanos y Viérnoles, y se comprometerá a realojar a la única familia que reside en el lugar. El polígono de Las Excavadas estará especializado en industria química, agroalimentaria y siderometalúrgica.

La Corporación también tenía previsto aprobar ayer, entre otros asuntos importantes, las dos primeras modificaciones presupuestarias del año, por importe de 7 millones.