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El ministro Zoido, que este jueves visitó el simulacro Cantabria 2017, saluda a algunos de los guardias civiles participantes.
"Estamos listos para cualquier emergencia"

"Estamos listos para cualquier emergencia"

El ministro Zoido asistió este jueves en Torrelavega a la última jornada de las maniobras de la UME en la región, en las que han participado 3.000 efectivos

Daniel Martínez

Jueves, 6 de abril 2017, 13:31

Alrededor de 130 muertos, 58 desaparecidos y 181 heridos. Ese habría sido el balance de víctimas si en vez de un simulacro el escenario de grandes inundaciones que ha imitado a lo largo de toda la semana la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Cantabria hubiera sido real. Y todo a pesar del trabajo realizado por los 3.000 efectivos desplegados que ayer, en la última jornada de actividad, fueron visitados por el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido. "Esto demuestra a los ciudadanos que España está preparada para responder de forma ejemplar a cualquier emergencia", afirmó el ministro.

Al contrario que las maniobras, ninguno de los 11.076 damnificados que figuraban en la base de datos del Puesto de Mando de Torrelavega eran reales. Ayer, los últimos ejercicios antes de que el Ejército abandone la región sirvieron de resumen de los tres días precedentes. En total, 226 respuestas a otras tantas incidencias. Desde la búsqueda de desaparecidos en riadas hasta rescates en edificios derruidos, pasando por la protección a la población de riesgos químicos o nucleares. O la preservación del patrimonio artístico y cultural, como recordó Roberto García, encargado de explicar una de las prácticas. La chimenea de La Lechera se transformó en la torre de una catedral en riesgo de derrumbe por un corrimiento de tierras. Gracias a su intervención, se mantuvo en pie.

Geólogos, expertos en patrimonio, médicos, bomberos, policías... También han participado psicólogos y trabajadores sociales de Cantabria, en este caso prestado apoyo en la morgue simulada en la Casa de Cultura de Puente San Miguel. "Uno de los objetivos de los 36 profesionales es modular las consecuencias del suceso y ayudar a enfocar la espera y la incertidumbre de forma adaptativa, contribuir a incrementar la organización cognitiva y abordar el embotamiento en situaciones psicológicamente extraordinarias", concretó Aurora Gil, responsable del Colegio de Psicólogos.

Codo con codo hacían su trabajo los 40 efectivos de la Policía Científica de Cantabria, Asturias, País Vasco y Navarra, cuya labor principal era localizar los cadáveres maniquíes o militares figurantes que había dejado una gran explosión, e identificarlos correctamente.

Pero el grueso de la actividad de ayer estuvo en Solvay, donde se recrearon tres de los supuestos más probables cuando la fuerza del agua impacta contra una gran factoría. Primero, el rescate de los trabajadores sepultados tras un derrumbe. Con un instrumental o con otro en función de si había o no supervivientes para no causarles más daño, tranquilizando a los heridos y aplicando las técnicas con las que han trabajado en terremotos como los de Haití o Nepal. "Tenemos un tanque de cloro, un gas muy tóxico, que está a punto de explotar. Lo primordial es refrigerarlo y que la nube tóxica no llegue a la ciudad", detalló el brigada encargado de la demostración sobre cómo actuar en caso de riesgo químico. Todos entran por el mismo lugar, así hay un control exacto del personal involucrado en caso de no poder evitar la explosión. El protocolo no deja margen a la improvisación. También está todo medido al centímetro en las intervenciones en zonas contaminadas. Nada ni nadie sale del recinto sin que esté completamente limpio.

En el puerto de Requejada, la iniciativa la llevan los helicópteros, los buzos de la UME y Cruz Roja y los ingenieros que, en pocos segundos, instalan un puente provisional entre las dos orillas para auxiliar a los afectados. Simulan la caída de un coche a la ría y hay varios desaparecidos. Como concretó el militar responsable de este operativo al ministro, "primero se mira entre los juncos por si pudiera haber alguien herido". Ellos son la prioridad.

Preparación y coordinación

Para Zoido, "el simulacro demuestra no sólo la preparación, la especialización y la cualificación de todos los militares de la UME, también la magnífica coordinación" con todos los organismos involucrados. El titular de Interior también recordó que son 18 los países la mayoría de América Central y del norte de África, además de Rusia que han tomado buena nota de lo que hace la UME para trasladarlo a sus ejércitos.

El próximo año lo demostrarán en otra comunidad. Desde la madrugada de este viernes, la UME y el resto de intervinientes repliegan sus equipos después de participar en el entorno de la comarca del Besaya en el simulacro para casos de grandes catástrofes más grandes del año. Con más experiencia, una lista pequeña de errores sobre los que trabajar y una bolsa de polcas y sobaos como recuerdo de Cantabria.

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