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La pasarela que conecta los pueblos de Ganzo y Torres, conocida como La Unión, revela un aspecto «preocupante» doce años después de su inauguración. «Suciedad, pintadas, óxido y luces fundidas», enumera la Asamblea Ciudadana Por Torrelavega (ACPT), indignada con la falta de mantenimiento y, con ... ella, la «decadencia» que empieza a presentar este popular enlace, muy habitual entre los vecinos que acuden a pie hasta el Hospital de Sierrallana o los usuarios que circulan por el carril bici –y que encuentran aquí un «lazo de unión» entre los itinerarios ciclistas de Suances, Reocín y el que transcurre paralelo al río Besaya, por Cartes–.
«Es momento de revisarla y repararla», urge el partido, que se encargó de reivindicar estas tareas en la pasada comisión informativa de Obras. Ya entonces, la formación asamblearia solicitó «revisar, reparar y pintar toda la pasarela», considerada el «fruto de la lucha, reivindicación y exigencia de la antigua asociación de Vecinos Sierrallana de Ganzo y el apoyo de todo el movimiento vecinal de Torrelavega a través de la Unión Vecinal». La inversión para construirla fue de 2,6 millones de euros –financiados por MARE–, un montante lo bastante «significativo», dicen, «como para que ahora no se cuide».
Han pasado doce años desde que los vecinos inauguraron la conexión y catorce desde que empezaron las obras para construir este enlace peatonal, pero no fue hasta 2012 cuando el Ayuntamiento se hizo con la titularidad del acceso. El 31 de enero de aquel año, el equipo de gobierno de Ildefonso Calderón firmó la adquisición de la pasarela con el Gobierno regional.
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