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Hacía treinta años que en el Barrio del Agua no veían el otro lado de las vías, al menos del todo. Los vagones de Renfe que tapaban la vista en estas tres últimas décadas, los últimos catorce, partieron en la madrugada del miércoles al ... jueves para siempre, tras una exasperante lucha vecinal contra la desidia, la indiferencia de la Administración ferroviaria y los problemas técnicos que suponía mover un muro ferroviario de 540 toneladas de un lado a otro. No hace ni un año desde que Barreda empezó a ganar esa batalla, con la retirada de la mitad de esa losa en forma de otra quincena de depósitos inertes que descansaba en el barrio vecino de La Tejera.
Las órdenes y el criterio para buscarles hueco en otro sitio por parte de Renfe han ido variando en los últimos meses -eso da una idea también de lo compleja que fue la operación y restrictiva que es la normativa en este sector-. Finalmente, y contrariamente a la orden que dio el administrador ferroviario en diciembre para enviarlos directamente al entorno de la estación Torrelavega-Centro, los treinta vagones han acabado aparcados en la vía sin salida que hay junto a la terminal de Barreda. Van camino del desguace y, sobre todo, ya están lejos. Serán destruidos pasada la Semana Santa, según avanza la empresa adjudicataria de todo este proceso, Chatarras Abraldes.
Apenas unas horas después de apartar el muro ferroviario para siempre, El Diario Montañés citó en la zona a su responsable, Íñigo Abraldes, con el presidente de la Asociación de Vecinos Santamaría de Barreda, José Gómez, y el alcalde, Javier López Estrada. Aquí, en esta zona que ahora está insólitamente despejada, los representantes no dejaron de compartir comentarios de satisfacción y chocar las manos. «Lo conseguimos», «al fin», «tres décadas», alternaban entre silencios cortos unos y otros, cuando no se quedaban en silencio y reflexionaban para sí sobre lo larga que ha sido esta espera.
Hacía demasiado tiempo que el cementerio ferroviario estaba visto para sentencia y, sin embargo, nadie lo retiraba de ahí a pesar de los requerimientos del Ayuntamiento de Torrelavega. El viernes fue López Estrada el que pudo celebrar este hito, pero antes que él han sido muchos los alcaldes que se han preocupado por el tema y no han conseguido nada más que luces largas por parte de Renfe. Cabe recordar que ha pasado más de un cuarto de siglo desde que, en 1998, el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) desestimó un recurso de esta entidad ferroviaria frente a una orden municipal y obligó a la empresa a adoptar medidas para garantizar la seguridad de estos vecinos; y un año más desde que la entonces alcaldesa, Blanca Rosa Gómez Morante, instó a la compañía a adoptar medidas para evitar más perjuicios. Ni aquella sentencia ni el toque de atención de la Administración sirvieron para mover los convoyes de forma definitiva.
Los años pasaban, pero nada cambiaba ni en el Barrio La Tejera ni del Agua. A un lado Renfe, interesada en vender los famosos convoyes pero, al mismo tiempo, segura de que el muro cumplía las normas de seguridad; al otro, los vecinos, hartos no solo de vivir «encerrados» por una hilera de vehículos jubilados, sino también de las «ratas, las zarzas, la insalubridad y el miedo a no poder evacuar la zona ante una emergencia». Loli, José, Teresa, María Rosa... En la Asociación de Vecinos se han acordado de ellos y de muchos otros vecinos estos días. La dedicatoria lleva al fin sabe a victoria. Con los vagones fuera de ahí, Barreda se ha quitado de encima una losa de promesas con demasiadas décadas de antigüedad.
De ahí las palabras de José Gómez: «Estamos muy contentos. Después de todas las reivindicaciones y el tiempo que llevamos pidiendo esto, estamos muy agradecidos a todos los que se han implicado, desde el alcalde hasta todos los grupos implicados en esta demanda». A su lado, el tono de López Estrada también revelaba esa sensación de alivio en el Ayuntamiento: «Hemos conseguido cumplir con una demanda histórica de los vecinos de Barreda gracias al esfuerzo de todos. Era una petición histórica a la cual el Ayuntamiento no había podido dar respuesta hasta ahora, pero hoy es un día de congratulación para todos nosotros».
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