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El problema no es que alguien muera solo, sino que lleve tres meses muerto y no se haya enterado nadie»; «la soledad no es una patología»; «hay mucha alarma con la soledad, pero también hay que elogiarla» y «no todo el mundo que vive solo se siente solo» son solo algunas de las frases que Mónica Ramos lanzó ayer en la Casa de Cultura de Torrelavega. Cuando algo se convierte en «una moda», que es lo que a juicio de la coordinadora técnica del Grupo Social Unate ha ocurrido con la soledad en los últimos años –también con la salud mental, añadió–, se termina generando un «tsunami» y una visión casi epidémica del fenómeno que no hace otra cosa que distorsionar la realidad y los enfoques para abordarlo eficazmente.
La charla que la geroantropóloga feminista ofreció en la capital del Besaya en colaboración con El Diario Montañés, el Ayuntamiento de Torrelavega y el Gobierno de Cantabria realizó una mirada crítica sobre el fenómeno, centrando su abordaje en las personas y las causas que crean la sensación. «Hay que dejar de intervenir pensando que se resuelve con acompañamiento», aseguró, antes de proponer una triple mirada basada en el ámbito personal, la comunidad y las políticas públicas. Su ponencia y la posterior ronda de preguntas, conducida por la periodista de El Diario Saray Ceballos, fue un éxito y llenó el patio de butacas de la Casa de Cultura.
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Ana del Castillo
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