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El Ayuntamiento de Torrelavega no sabe que hacer con el antiguo Centro Andaluz, pero está convencido de que lo mantendrá en pie. Propiedad municipal desde ... 2017 –tras un proceso de expropiación forzosa–, el inmueble ubicado en el parque Manuel Barquín no tiene cabida en la normativa urbanística de la ciudad –está fuera de ordenación–, lo que compromete por completo el destino de la parcela. Si se tira, se tiró, y nadie podrá proyectar un nuevo edificio en la zona. Uno de los usos que podría albergar este espacio en ese caso tendría que estar relacionado con un incremento de los límites del parque, una idea ya descartada en el seno del equipo de gobierno, como avanza el concejal de Economía, Hacienda, Industria y Seguridad Ciudadana, Pedro Pérez Noriega. «Queremos aprovechar el centro lo máximo posible», declara el regionalista, consciente de una rehabilitación que, si se pone en marcha, será «complicada».
Entre tanto, la herencia del Centro Andaluz sigue dilatando el debate sobre su futuro. Una biblioteca, un espacio cultural, un centro cívico, un local de restauración, vestuarios deportivos... La coalición ha barajado muchísimas ideas distintas desde que se hizo con el edificio, tantas que el futuro del Centro Andaluz sigue estando en el aire.
Ninguna ha terminado de materializarse en un proyecto de ejecución lo bastante sólido. De lo que sí parece bastante convencido el Ayuntamiento es de su potencial. Ubicado en un entorno idóneo junto al auditorio, el equipo de gobierno descarta la necesidad de sumar más metros cuadrados al parque Manuel Barquín, que ha pasado de aspirar a ser el futuro gran espacio verde vinculado a la cultura a un entorno lo «bastante grande» para los vecinos que quieren disfrutar de una zona privilegiada sin alejarse de la ciudad.
La relación entre este edificio y el parque urbano más grande de Torrelavega es la gran incógnita que, a través de este proyecto, quiere despejar el Ayuntamiento en los próximos meses. Han pasado cinco años desde que el equipo de gobierno –entonces dirigido por José Manuel Cruz Viadero–, inició los trámites del expediente de expropiación forzosa en este terreno y empezó a mantener encuentros con los propietarios de la vivienda.
Por aquel entonces, el Ayuntamiento tampoco tenía claro lo que quería hacer con el inmueble. Los vecinos pueden acercarse y ver sus características: dos alturas, una zona de restauración en la planta baja, aquellos bajos que ejercieron de sede de la ONG Santa Bárbara –que también disponía de una cafetería con terraza y jardín–. Hoy, toda esa herencia se encuentra deslucida y en estado de abandono, únicamente perimetrada por una valla alrededor de la parcela.
Este plan, o ausencia de éste, no es el único que atañe y se demora en 'El Parque'. El Manuel Barquín tiene sus propios deberes en la mochila, sobre todo el que tiene que ver con la profunda renovación de sus espacios en el marco de su 75 aniversario en 2022. El cumpleaños se está atragantando. A pesar de que algunas gestiones como el estudio del arbolado se emprendieron en 2016, el plan sigue retrasándose.
La demora contrasta con la celeridad con la que se construyó la zona verde hace tres cuartos de siglo. La Corporación, presidida por el alcalde que impulsó el parque y le dio nombre (Manuel Barquín Agüero), acordó en 1947 la compra de las primeras fincas y el espacio de recreo para la población, inaugurado tres años después. Torrelavega ha cambiado mucho desde entonces, pero ese legado sigue ejerciendo un papel igual de fundamental para los vecinos.
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