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El colegio Menéndez Pelayo de Torrelavega vio ayer poner fin a la parálisis de un proyecto que viene esperando desde hace más de un año -hasta dos, si nos remontamos a la licitación y los primeros trámites-: la cubierta de su pista deportiva. ... Valorada en 368.141 euros, la actuación se empezó a desarrollar ayer por la mañana, desenquistando así unos trabajos que quedaron en entredicho tras una orden de detención el año pasado por parte del Gobierno de Cantabria, que exigió la realización de nuevos estudios técnicos para garantizar la seguridad de estas labores. Recabados dichos estudios y descartadas todas las dudas, las excavadoras de la empresa adjudicataria (Senor) llegaron ayer al fin al patio de recreo del colegio, creando las primera zanjas y avanzando rápidamente ya en las primeras horas de la actuación.
Estarán aquí durante al menos tres meses, hasta el 28 de febrero, concretamente, como fija el plazo de ejecución de este proyecto basado en la construcción de una gran estructura, al estilo de como se viene haciendo en otros centros educativos del municipio y para liberar así el ocio al aire libre de las inclemencias del tiempo.
Atrás queda la desconfianza y la sombra que arrojó aquella interrupción sobre la viabilidad del proyecto. En Peña Herbosa esgrimieron una razón fundamental para pausar la obra: la proximidad de la futura cubierta a los edificios del centro educativo, una distancia que, presuntamente, podría impedir el acceso de los bomberos a la zona, en caso de ser necesarios. Emergencias al margen, además, los técnicos del Gobierno también observaron que, de ejecutarse esta actuación, el «escaso» patio escolar del Menéndez Pelayo perdería «funcionalidad», como calificaron.
Las circunstancias han querido que, si todo marcha según los plazos y sin más problemas, el Menéndez Pelayo estrene su flamante pista deportiva apenas unos días antes de celebrar su centenario. Ayer, y tras interesarse por la llegada de las máquinas de la firma adjudicataria al centro educativo, el concejal de Obras y primer teniente de alcalde, José Luis Urraca, celebró la llegada de las máquinas, un compromiso del Consistorio desde hace años y que por fin vio la luz ayer: «Cumplimos con los plazos adelantados. Cumplimos con una demanda de la comunidad educativa -madres, padres, dirección y profesorado- y que estuvimos encantados de hacer nuestra y convertirla en realidad», declaraba el responsable, antes de recordar su papel negociador para «desbloquear» esta actuación.
La parte básica del proyecto, la creación de esta gran cubierta sobre la pista deportiva, no es muy distinta a la que se viene ejecutando en otros centros educativos del municipios. Al contrario: el plan de obra consiste en la instalación de una cubierta de madera y policarbonato, que permitirá que los alumnos del centro educativo utilicen la pista deportiva durante todo el curso escolar, dejando al margen las condiciones meteorológicas.
Según informan desde la Concejalía, además, el grueso de la actuación, la propia cubierta, se podrá desarrollar rápidamente y casi de forma íntegra durante las vacaciones de Navidad, logrando así no entorpecer tanto los ratos libres de los pequeños de Educación Infantil y Primaria.
Un detalle curioso de la actuación y que ya pueden comprobar desde ayer tiene que ver con el derribo de una parte del muro que separaba la acera del patio de colegio. La idea es no reconstruirlo precisamente para que, fuera del horario escolar, la instalación deportiva del Menéndez Pelayo pueda ser utilizada por vecinos y asociaciones para realizar diversas actividades.
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