Asociación Octubre, seis años de cultura en las calles

La Asociación Cultural Octubre, con sede en una nave industrial en Sierrapando, ha cumplido seis años habiéndose constituido como un colectivo que trasciende a su objetivo de promocionar el arte. Las acciones que ha llevado este grupo de jóvenes que unificaron criterios en 2013 para fomentar lo que han llamado 'cultura colectiva', han conseguido conectar por completo con la sociedad y, lo más importante para ellos, 'mover' conciencias hacia una Torrelavega mucho más solidaria.

Cuando constituyeron Octubre, lo hicieron animados por ese pensamiento de «combatir con una cultura colectiva, el individualismo», un objetivo en el que siguen perseverando y para el que, aseguran, precisan de más ayuda, aunque el movimiento asociativo en el municipio siempre adolezca precisamente de esa necesidad de 'empujar' para avanzar.

En este tiempo que han logrado, no sin esfuerzo, sacar adelante unos objetivos de consolidación, la asociación se ha dado a conocer no solo entre los vecinos de Sierrapando, sino en el conjunto del municipio. Y han conseguido traspasar las fronteras de Torrelavega con acciones que han encontrado un importante eco sobre todo mediático.

Estas últimas han sido convocatorias en las que el arte ha 'tomado' las calles y plazas de la ciudad denunciando situaciones de la sociedad actual que son del todo reprochables. Lo hicieron por vez primera en julio de 2016, dejando boquiabiertos a los torrelaveguenses en su típico recorrido por las calles en una mañana de fin de semana. Denunciaron la situación de los refugiados planteando una ciudad sitiada, con unos 'guardias' que controlaban fronteras simbólicas en la calle Consolación. Los cientos de zapatos usados en la calle Mártires marcaban rutas con destino desconocido. Y en el bulevar, una 'bomba' había sembrado la destrucción en una performance ('A la deriva') que sirvió para que los ciudadanos se hiciesen a la idea, aunque por unas horas, de por qué seres humanos como nosotros han tenido que dejar atrás sus casas, sus vidas, para refugiarse de las guerras y, en resumen, de la muerte.

Repitieron en el verano de 2017, en esta ocasión tirando colchones en la Avenida de España, colocando maniquíes que caminaban como zombies por Serafín Escalante o 'durmiendo' al raso en la calle Ave María. El montaje fue titulado 'Despierta' y la asociación logró movilizar, entonces, a 400 voluntarios para instalar todo un desafiante conjunto de materiales con los que se fijaron el objetivo de mostrar a través del arte el malestar y desacuerdo «con la realidad que nos está tocando vivir». Fue una manifestación artística en contra de la pasividad del ser humano ante las injusticias que se padecen debido a la crisis. Y hace unos meses, más concretamente, este verano, en junio, la voz de alarma la dieron para denunciar las actitudes machistas, consiguiendo sorprender a los transeúntes con unas esculturas que perfectamente transmitían la situación de la mujer que es víctima del maltrato, de la violencia sexista.

«Conscientes de los problemas que aquejaban y perduran en nuestra sociedad, creemos no solo posible, sino también necesario, hacerles frente desde una perspectiva cultural y artística», explica uno de los socios fundadores, Aris Rosino. «Somos un colectivo de carácter cultural, es un espacio autogestionado e independiente, de crítica constructiva, un punto de encuentro, de convivencia, de intercambio, de debate, de trabajo, de experimentación, de expresión...». Rosino, autor también de muchos de esos espectaculares montajes que han tenido eco más allá de Cantabria, hace un llamamiento a la participación en las actividades de Octubre, «porque es necesario cambiar, aunque sea poco a poco, la realidad y el mundo en que vivimos».

La asociación, en plena celebración de su sexto aniversario, ha acogido las visitas de artistas y grupos de muy variados estilos como Luis Pastor, Marta Mantecón, Rafael Amor, Antonio Brevers, Kepa Junkera, Pedro Telechea, Alfredo Piedrafita o Alberto San Juan.