El Ayuntamiento estudiará dulcificar la ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones durante La Patrona

En eso están en el Ayuntamiento, entre otras cosas: pensando si los diez días más boyantes del año para el comercio y la hostelería de Torrelavega debieran recibir o no el mismo tratamiento que otros momentos, en lo que se refiere a las medidas contempladas en la ordenanza de la ZBE. El debate no atiende solo a una cuestión del comercio, sino a la propia accesibilidad de quienes visitan la capital del Besaya esos días. Y son miles. Esto último, de atenuarse la normativa, también implicaría un contrasentido con respecto al objetivo último de esta medida:reducir emisiones.

El caso es que el tema de las fiestas patronales todavía está pendiente de cerrarse en el texto de la ordenanza, recién salida de un proceso de exposición pública abierto a las alegaciones y correcciones de los ciudadanos. Dicho plazo quedó abierto tras la aprobación inicial del texto, en un Pleno de hace dos meses y con el único apoyo de los socios regionalistas y socialistas, la abstención de Torrelavega Sí e IU-Podemos así como el 'no' de PP y Vox. El debate sobre la aplicación al dedillo de la norma durante La Patrona podría responder al carácter «laxo» del reglamento al que aludieron entonces el PRC y el PSOE. Dicen querer elaborar una ordenanza de «consenso», si bien la oposición cuestiona eso último alegando que no han tenido posibilidad de participar en su elaboración.

Lo primero, su carácter laxo, ya no se cuestiona tanto. Después de conocer, a través del borrador, que el reglamento permitirá la entrada de cualquier vehículo al menos veinte veces al año o que directamente eximirá a residentes, dueños de garajes y transportistas, el suflé de la ZBE ha bajado considerablemente en los últimos meses. En cualquier caso, finalizado el periodo de alegaciones, el Consistorio se ha comprometido a abrir una mesa de trabajo para buscar ese consenso. Por haber, habrá hasta una campaña divulgativa para dar a conocer los detalles de la norma.

Al margen del debate sobre La Patrona, entre tanto, el Ayuntamiento de Torrelavega tiene que seguir trabajando no solo en estos preceptos, sino en la implantación de todo el perímetro vigilado, el trabajo de calle. Los técnicos municipales vienen enfocados en este asunto desde hace semana, replanteando la obra junto a miembros de la empresa adjudicataria, Eysa, que se hizo con el contrato de servicios para delimitar una superficie entre las calles José María Pereda, Julián Ceballos, La Llama y Julián Urbina, por 737.199 euros.

De cumplirse de forma íntegra los seis meses de trabajos de implantación –más otros doce de mantenimiento– marcados en el contrato, la activación definitiva de la Zona de Bajas Emisiones no llegaría a ser una realidad hasta finales de este año; sin embargo, el Consistorio es optimista y confía en que los operarios no agoten ese plazo. En el Ayuntamiento hablan de tener todo listo y en pruebas «este verano».

También ubican por esas fechas, concretamente «en junio», la aprobación definitiva de la ordenanza reguladora. Sea como sea, y esto es fundamental, hablar de fechas sobre la ZBE es un brindis al sol desde hace años. Con los planes de Europa en la mano, las ZBE debieron empezar a funcionar el 1 de enero de 2023. Es más, desde el Consistorio no descartan que, cuando eche a andar, lo haga tras un plazo de adaptación –y quien sabe si también, la enésima moratoria–.