El Ayuntamiento renuncia a construir el parque de Tanos tras la oposición vecinal

El Consistorio estaba tramitando el expediente administrativo para la adjudicación, mediante procedimiento abierto simplificado, tramitación ordinaria y varios criterios de adjudicación, el contrato para la realización de la obra. El pasado 5 de agosto se publicó en la Plataforma de Contratación del Sector Público la licitación de los trabajos, presupuestados en 48.398 euros.

Posteriormente, se recibió en el Ayuntamiento un escrito de los vecinos en el que solicitaban una solución alternativa a la prevista en el proyecto, que aúne las diferentes posturas sobre la idoneidad de la instalación del parque en el entorno de la ermita. Según la resolución firmada por el regidor el pasado martes, la postura vecinal ha puesto de manifiesto la necesidad de revisar o buscar soluciones alternativas, lo que ha provocado la «desaparición del interés público» que sirvió de fundamento para el inicio del expediente.

El concejal del área, José Luis Urraca Casal, indicó en julio, al anunciar la licitación, que el parque infantil iba a ser un espacio «inclusivo», diseñado para niños de 3 a 5 años. «El objetivo es dinamizar la plaza, ofreciendo elementos de ocio y juego a las familias en un lugar muy frecuentado», afirmó.

Este periódico dio a conocer hace unos días que el párroco, Jesús Casanueva, y varias asociaciones de Tanos se oponían al proyecto, por considerar que se debe proteger el entorno del templo, que data de 1667 y tiene un importante valor histórico y artístico. Según el sacerdote y los vecinos, además de la restauración del retablo, es necesario acabar con los daños que sufre la ermita al ser golpeada «constantemente» por los balones con los que juegan al fútbol niños y jóvenes del pueblo, lo que afecta incluso a la cubierta. También creen que el entorno se debe urbanizar «de forma acorde a la estética que corresponde al lugar».

Por ello, la parroquia y las asociaciones, entre las que se encuentran la agrupación de danzas y la peña de bolos, manifestaron su desacuerdo con la ubicación elegida para el nuevo parque infantil, proyecto del que se habían enterado por los medios de comunicación. «Sí a favor del parque, pero en otra ubicación -explicaron-. El Ayuntamiento cuenta con un terreno en la zona norte del auditorio de Los Picayos que es más adecuado».

«También consideramos -añadieron- que es mucho más apropiado y acorde a la estética e idiosincracia cántabras la construcción de una bolera tradicional, tal y como estuvo siempre al lado de la ermita desde el siglo XIX. La bolera desapareció en 2010 y aún está pendiente el compromiso municipal de recuperarla en el entorno, por lo que puede ser una buena oportunidad para cumplir lo prometido, a la vez que se mantiene la estética del entorno de la ermita».

Casanueva y los vecinos señalaron que los niños podrían divertirse en el espacio deportivo, como «siempre fue cuando no se estaba jugando a los bolos», y en la otra parte de la plaza de Los Picayos «tendrían un parque infantil», con lo que «sería una solución en la que todos saldrían ganando». Así mismo, instaron a la prohibición de jugar al balón en el entorno más inmediato de la ermita, como viene ocurriendo en otros espacios de la ciudad, caso de la Plaza Baldomero Iglesias. «Podría permitirse en la zona próxima al auditorio de la misma plaza de Los Picayos, pero suficientemente alejados de la ermita», indicaron. Por último, solicitaron la paralización del proyecto del parque y que se tuviesen en cuenta las distintas alternativas para la protección de un templo que «no sólo es especial para los taniegos, sino también para la ciudad».