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Bolsas, vasos, botellas, cristales, cartones, colillas, farolas rotas y todo tipo de desperdicios tirados por el suelo. Ese es el desolador 'paisaje' que se encontraron ... este domingo los madrugadores que decidieron pasear por el entorno del campus universitario de Torrelavega. Los que se levantaron más tarde lo vieron con mejor aspecto, porque una brigada especial de limpieza del Ayuntamiento se encargó de eliminar desde primera hora los restos del multitudinario botellón generado la noche anterior por la macrofiesta de la primavera que se celebra desde hace varios años en el aparcamiento del campo de fútbol de Tanos, en la que participan miles de jóvenes procedentes de toda la región.
Los problemas que antes provocaba este botellón en el barrio Mies de Mejí, donde los vecinos llegaron a movilizarse en 2017, se han trasladado ahora casi en su totalidad a la gran plaza del campus universitario, a unos 500 metros, donde no hay residentes y las protestas son menores. El incremento de las medidas de seguridad en torno a esta celebración, que se repiten en las fiestas patronales de Tanos, ya centró el botellón el año pasado en el campus universitario y lo hizo con idéntico resultado de suciedad y daños en el mobiliario urbano.
En esta ocasión la fiesta se denominó 'Tanos Spring Music' y en ella se presentaron las orquestas Anaconda, Malassia y Trisquel, que actuaron a partir de las ocho de la tarde y hasta la madrugada. Una vez más, la organización corrió a cargo de la asociación Tanos 08, que también se hace cargo de las fiestas patronales del pueblo (Santa Ana y Nuestra Señora de las Nieves). En el cartel figuraba el Ayuntamiento como colaborador. También este año se cortó la carretera de acceso, se controló la presencia de los jóvenes en el parque cercano al barrio Mies de Mejí y el despliegue policial fue notable hasta la madrugada.
Estas medidas de seguridad fueron consensuadas con anterioridad en una reunión con los vecinos a la que asistieron el alcalde, José Manuel Cruz Viadero; el concejal del área, Pedro Pérez Noriega, y el jefe de la Policía Local, Miguel Calleja. El dispositivo especial tuvo continuidad el domingo por la mañana con la presencia desde primera hora de la mañana de la brigada de limpieza, que retiró del lugar de celebración del concierto y su entorno, especialmente el campus universitario, varios camiones de basura. A las 11.30 horas había terminado su labor.
El edil de Seguridad, Pedro Pérez Noriega, mostró ayer su satisfacción porque, contrariamente a lo ocurrido en años anteriores, la macrofiesta se saldó sin incidentes graves y solo había que lamentar la «suciedad» generada por el botellón. José Luis Gómez, uno de los vecinos más afectados en otras ediciones por la invasión juvenil, también estaba contento, especialmente por el «extraordinario» trabajo de la Policía. «Nos han tratado de forma magnífica -explicó-, quizá porque estamos en elecciones. Eso sí, me pregunto cuánto cuesta el despliegue policial, la limpieza de la basura y los daños en el mobiliario. Creo que hay que tomar medidas contra este fenómeno social».
Los vecinos del barrio Mies de Mejí, el más afectado por el botellón en Tanos, se movilizaron hace dos años tras ver amenazadas su integridad física y sus propiedades. Colocaron una cadena en los accesos a sus casas e hicieron guardia toda la noche ante la gran concentración de jóvenes que se realizaba en el parque cercano. La incesante lluvia y una mayor presencia policial evitaron que se repitieran los graves incidentes registrados una semana antes, cuando grupos de chavales, envalentonados por el alcohol, invadieron viviendas y se enfrentaron a sus propietarios.
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