El CAD de Sierrallana estrenará su nuevo módulo tres años después de construirse

Lo que bajo ningún concepto pudo prever el Gobierno de Cantabria es que una pandemia mundial como la del covid fuera a trastocar por completo el resto de pronósticos y deseos de año nuevo asociados al módulo 3 del CAD, un inmueble de 2.065 metros cuadrados, dos plantas, veinte habitaciones y piscina terapéutica llamado a mejorar el servicio de estos espacios de referencia en la región.

Lo que ocurrió durante los dos años y medio siguientes lo conocen. Una crisis sanitaria sin precedentes, reorientación total de los esfuerzos sanitarios, necesidad urgente de camas, contagios y, hasta hoy, más de mil personas fallecidas por el SARS-CoV-2 sólo en la comunidad autónoma.

Será ahora, tres años desde que el Centro de Atención a la Dependencia sumó este nuevo espacio a sus instalaciones, cuando los planes para los que fue creado entren a formar parte de la rutina en Sierrallana. Esa es la previsión de la Consejería de Empleo y Políticas Sociales, inmersa en la adjudicación del proceso de amueblado –a la empresa Cafesa Distribución Comercial– y, sobre todo, mucho más liberada ya de las urgencias pandémicas, a las que atribuye este lapso tan grande entre la construcción del inmueble y su inauguración definitiva. «En breve», avanzan, el modulo del CAD de Sierrallana estará en funcionamiento.

Esa es una buena noticia para pacientes, familias, personal y, como máxima responsable de todo este engranaje de trabajo y atención, también para la consejera del área, Eugenia Gómez de Diego. «Aunque el desarrollo de este módulo del CAD ha sido más largo de lo esperado, creo que se entiende como consecuencia de una legislatura marcada por una pandemia, durante la cual el módulo ha estado al servicio de la urgencia sanitaria», declara la titular de Políticas Sociales, agradecida a la «profesionalidad y la calidad humana del equipo de personas trabajadoras» y a una Fundación Asilo que, durante la crisis sanitaria, prestó su colaboración para acoger a una veintena de usuarios –plazas que se pactaron a precio de concertación–.

Todos estos residentes, personas con una discapacidad intelectual profunda, podrán trasladarse finalmente al CAD y, sobre todo, beneficiarse de unas estancias que, en palabras de Gómez de Diego, «son una buena muestra de nuestra apuesta por un sistema de atención a la dependencia personalizada» y, en suma, «un ejemplo de cómo queremos cuidar a las personas». Uno de los espacios más reveladores del paso adelante que propone el módulo 3 para el CAD es su piscina terapéutica, lista ya tras la subsanación de unos problemas detectados por los técnicos.

Puede que hasta ahora no haya funcionado como estaba previsto, pero la ampliación del CAD de Sierrallana no ha sido en vano durante los momentos críticos de la pandemia. Al contrario. «El modulo en ese momento fue muy útil porque se utilizó para pacientes inmunodeprimidos del Hospital de Sierrallana, rebajando el riesgo de contagio y en una reorganización de prioridades donde se pusieron todos los recursos a disposición del sistema sanitario por la situación excepcional que hemos vivido», aclara la consejera, antes de reivindicar el papel «imprescindible» de los servicios sociales y el sector de los cuidados en general.