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Los torrelaveguenses respiran un aire prácticamente el doble de limpio que hace 20 años. La dispersión de partículas en suspensión (PM10), uno de los ... parámetros más reveladores para identificar la pureza del ambiente, ha ido decreciendo de forma sostenida en las últimas dos décadas, marcadas no sólo por un proceso de descarbonización notable en la ciudad -cierre de algunas industrias mediante- sino también el aumento de zonas verdes a lo largo de las calles. El resultado lo vienen corroborando desde entonces las tres estaciones del Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA) afincadas en El Zapatón, la Escuela de Minas y Barreda: el histórico de cifras de este organismo dependiente de la Consejería de Medio Ambiente refleja un escenario cada vez más saneado y, sobre todo, más alejado de esa primera década de siglo en la que Torrelavega y su oxígeno acostumbraban a sobrepasar con cierta frecuencia los niveles de polución marcados en rojo por las instituciones europeas.
Ese descenso en los niveles de polvo, hollín e impurezas en general es evidente en cualquiera de los tres entornos de Torrelavega analizados por el CIMA. Basta calcular la media de las partículas PM10 que contaminaban el aire hace veinte años y compararla con la de hoy. Los números más reveladores se dan en Barreda: aquí, literalmente, los vecinos respiran un aire el doble de limpio: 45 microgramos por metro cúbico (µg/m3) de media en 2003 -primer año con datos-; 43, en 2004; y 2,3 en 2022. Y ni decir tienen las cifras del año de la pandemia y el confinamiento. En 2020, los datos se desplomaron y, de hecho -salvo alguna excepción-, no se han vuelto a conocer números así.
Esa mejora no sólo se circunscribe a un entorno afectado por los atascos sino también a las zonas céntricas: las estaciones de El Zapatón y la Escuela de Minas revelan fuertes avances desde hace dos décadas, con caídas de más de un tercio en los valores recogidos por el CIMA. Lo que pueden ver en el gráfico adjunto a esta información es lo mismo que corrobora el concejal de Medio Ambiente, José Luis Urraca: «La mejora ha sido una constante a lo largo de la última década. Hoy el sambenito que arrastraba Torrelavega es historia y el aire que respiramos tiene unos parámetros similares a núcleos urbanos e industriales como Santander o Maliaño».
No todas las opiniones son igual de optimistas. El presidente de la Mesa de Movilidad del Besaya, Javier Polanco, mira los datos con cierta distancia y señala que las estaciones del CIMA «no están lo bastante adaptadas ni bien ubicadas» para registrar correctamente la afluencia y el impacto del trafico. «Lo importante es reducir la afluencia de vehículos», declara el responsable, igualmente empeñado en reducir los ruidos que los automóviles generan por las calles de la ciudad.
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