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Una semana después de su esperada inauguración, el nuevo aparcamiento en altura de La Carmencita todavía no funciona a pleno rendimiento. El parking, que ... ha duplicado su capacidad con respecto al anterior, ofreciendo ahora un total de 654 plazas —544 en el edificio y otras 110 en el exterior—, solo llena de momento sus dos primeras plantas.
Antes de las obras, este aparcamiento era uno de los más concurridos de la ciudad. Cuando comenzaron las obras de remodelación, muchos conductores habituales tuvieron que buscar alternativas para aparcar. Algunos optaron por dar vueltas por las calles más cercanas, especialmente por la zona de La Inmobiliaria, donde el aparcamiento libre es escaso. Sin embargo, la mayoría recurrieron a otros parkings de la ciudad.
El más cercano, a 750 metros, es el aparcamiento de Pintor Varela. Con 380 plazas, también solía estar lleno a diario, pero durante los meses de cierre de La Carmencita, la presión aumentó notablemente. «Ha habido días que no encontrabas hueco», comenta Javier Salinas, que trabaja en un bar cercano.
Algo parecido ocurrió con el aparcamiento de La Lechera, a un kilómetro de distancia. Hasta hace unos meses, era habitual ver el solar prácticamente vacío, con algún camión estacionado. Desde que comenzaron las obras, ha pasado a estar lleno a diario. «Antes aparcaba aquí siempre sin problema para venir al gimnasio.Ahora vengo pronto para asegurar sitio, y aun así a veces cuesta», explica Mercedes Ortega.
También el pequeño aparcamiento de Novalina, con 94 plazas y ubicado entre edificios con acceso algo escondido, se convirtió en una opción para muchos conductores. Pese a sus limitaciones, en los últimos meses se ha mantenido lleno e incluso con coches mal estacionados o esperando a que alguien se marche. Todo ello, a pesar de que este aparcamiento tiene los días contados debido a los planes de construcción de viviendas en la zona.
Otra alternativa para algunos fue el parking de Feve. Aunque es de pago —a 2,30 euros la hora, el más caro de la ciudad—, desde que comenzaron las obras se ha notado un mayor uso, sobre todo por parte de quienes acuden a hacer recados rápidos al centro.
Con el regreso de La Carmencita, se esperaba que el panorama volviese a la normalidad. De hecho, al contar con más del doble de plazas que antes y continuar siendo gratuito, todo apuntaba a que liberaría otros parkings. Pero por el momento, el cambio no ha sido significativo. Solo las dos primeras plantas –las que ofrecen una capacidad similar a la que tenía el antiguo aparcamiento– se llenan. El resto permanece prácticamente vacío.
«Yo me acostumbré a dejar el coche en Pintor Varela y, la verdad, no sabía que La Carmencita ya estaba abierta otra vez», admite Clara Alonso, empleada de una tienda del centro. No es un caso aislado. Según explican algunos usuarios, el desconocimiento, la costumbre adquirida en estos meses y la idea errónea de que es un aparcamiento de pago están frenando el regreso al recinto.
Es importante destacar que La Carmencita no es de pago. Se trata de un aparcamiento gratuito, como lo era antes de las obras. Además, cuenta con vigilancia. Este mismo jueves se adjudicó un contrato menor a la empresa Grupo Seguser S.L., por valor de 17.975 euros y con un plazo de ejecución de 81 días, para el control de accesos en horario diurno.
Eso sí, el aparcamiento todavía no está al 100% operativo. Falta por poner en marcha el ascensor, así como habilitar los puntos de carga para vehículos eléctricos, que cuentan con 14 plazas específicas. El concejal de Obras, José Luis Urraca, asegura que «el proyecto para los cargadores está en fase de informe y se está tramitando la puesta en marcha del ascensor».
«Falta que se complete todo, pero el edificio está muy bien. Es amplio, se ve nuevo y con buena iluminación», opina Rubén Sainz, conductor habitual que ya ha vuelto a aparcar en La Carmencita. «Lo del ascensor viene bien para quienes tenemos que subir con peso o con niños. En cuanto esté listo, será más cómodo».
El tiempo dirá si el nuevo aparcamiento logra recuperar el volumen de uso que tuvo durante años. Por ahora, la vuelta a la rutina tras las obras avanza poco a poco, con margen de mejora y con la certeza de que, al menos, Torrelavega cuenta ya con más plazas de aparcamiento que nunca. Una buena noticia para una ciudad donde encontrar un hueco libre es, muchas veces, un auténtico reto.
La Carmencita Ha pasado de tener 359 plazas a casi duplicar su espacio, con un total de 654.
Pintor Varela Este aparcamiento cuenta con 380 plazas, la mayoría siempre ocupadas.
La Lechera Antes de las obras de La Carmencita solo aparcaban camiones y ahora está lleno.
Novalina Está concurrido a pesar de estar un poco escondido y tener los días contados.
Parking Feve Es el más caro de la ciudad, pero tuvo un auge durante las obras de La Carmencita.
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