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La Fundación Amigó, que ayuda a jóvenes vulnerables en Torrelavega desde hace cuatro décadas, vuelve a ser noticia porque uno de sus servicios, la Casa de los Muchachos, se ha trasladado del barrio de La Inmobiliaria al pueblo de Torres y ha aumentado de 4 ... a 8 el número de plazas. Es un recurso de intervención social y educativa, mediante acogimiento residencial para niños y adolescentes de entre 9 y 18 años, que precisan de un contexto de convivencia sustitutivo de la familia como opción para su protección, educación y desarrollo. El objetivo final es conseguir la reunificación familiar cuando esta sea posible o la transición a la vida adulta.
Según el director de la Fundación Amigó en Cantabria, Pablo Blasco, la estructura de la Casa de los Muchachos es similar a la de un hogar, consiguiendo así crear un ambiente «acogedor y familiar». La institución que dirigen los padres amigonianos también ha visto materializarse este año la reforma y actualización del Centro de Día, con nuevas instalaciones, personal cualificado y una ubicación más céntrica y adaptada.
La Casa de los Muchachos cambia ahora su sede a una vivienda más grande, más cerca de los recursos educativos de la ciudad, con unas instalaciones completamente renovadas y adaptadas a las necesidades de las personas usuarias. Otra de las novedades importantes es el aumento de plazas de este servicio, gracias a la firma de un nuevo convenio con el Instituto Cántabro de Servicios Sociales (Icass).
El nuevo hogar conserva su estilo pedagógico y presenta mejoras, tanto cuantitativas -también hay nuevos profesionales, espacios amplios y renovados- como cualitativas -dispone de zona ajardinada y cercanos parques, centros escolares y carril bici-.
La Casa de los Muchachos es un servicio que puso en marcha la parroquia de La Asunción a principios de los años ochenta y la actualización del viejo inmueble que ocupaba en La Inmobiliaria no fue viable económicamente. «No cumple los criterios que se exigen de accesibilidad o dimensiones, y eso tiene difícil arreglo», explicaba hace varios meses Blasco. Eso, unido a que la reciente actualización de la normativa impide prestar dos servicios en el mismo espacio, obligó a trasladar el otro recurso de la Casa, el de la Unidad Familiar, al nuevo edificio. La Fundación Amigó también presta el Servicio de Orientación y Ayuda al Menor (SOAM).
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