La ciudad estrena juegos a cubierto

El diseño de la estructura y la cubierta lo convierten en una instalación emblemática para la ciudad, pero también para el propio parque Manuel Barquín, puesto que pasa a ser un gran activo y valor del mismo. A partir de esta tarde, a las 19.00 horas, todos los torrelaveguenses y quienes vengan de fuera de la ciudad, junto a sus niñas y niños, podrán disfrutar de este parque infantil cubierto los 365 días del año a resguardo de la lluvia.

Durante esta semana se ha acabado de instalar el suelo de pavimento de goma que recubre toda la superficie del parque infantil y se ha procedido a ajardinar el perímetro exterior, y tal y como se había anunciado, se introduce en los parterres el riego por goteo para su mejor conservación, en la línea de lo que se ha hecho ya en la Avenida Fernando Arce. El objetivo del Ayuntamiento es que este sistema de riego se extienda al resto del parque y progresivamente a otras zonas de la ciudad, que carecían hasta ahora del mismo.

Esta obra, pensada para los pequeños del municipio y el ocio familiar, está en la misma línea con otras previstas en la plaza de La Llama, Torres, Ganzo, Sierrapando o Campuzano de cara a mejorar por parte de este equipo de gobierno (PSOE-PRC) las dotaciones de recreo al aire libre con las que cuenta Torrelavega y que mejoran su calidad de vida. El concejal responsable de Parques y Jardines, José Lui Urraca, recuerda que como en el resto de las actuaciones que se han desarrollado en Sierrapando, Nueva Ciudad, Paseo del Niño, Ganzo o el Barrio Covadonga a lo largo de esta legislatura, la nueva zona infantil del Manuel Barquín cuenta con juegos inclusivos que pueden ser utilizados por niños con discapacidad o sin ella, contribuyendo a la integración a través del juego en espacios comunes de socialización.

Además, el proyecto ha tenido que superar las críticas de detractores que cuestionan la utilidad del espacio y que sobre todo consideran que el medio millón de euros de las obras se podían destinar a cuestiones prioritarias en la ciudad. Y es que al proyecto le acompañó la polémica desde el principio cuando se taló una docena de árboles –algunos centenarios– que se levantaban en el perímetro del nuevo parque infantil. Los conservacionistas, que con el apoyo de numerosos vecinos se concentraron en varias ocasiones para mostrar su rechazo a esta actuación y la forma en que se estaba haciendo, defendían que no era necesario llevar a cabo una tala indiscriminada. También algunos residentes en la zona se mostraron reacios al proyecto porque «nos levantan un mastodonte delante de nuestras casas», protestaron.

Luego llegaron los trabajos de preparación de los terrenos, con otro susto y algún retraso en las obras, ya que por debajo del suelo del parque hay balsas de agua y para afianzar la estructura de la cubierta era necesario reforzar los cimientos. Las obras, que comenzaron a principios de año, fueron salvando los obstáculos y el frío y lluvioso invierno, hasta entrada la primavera cuando fueron llegando las primeras piezas de la estructura y de la cubierta. El montaje, para muchos curiosos «espectacular», fue cogiendo altura hasta los 10 metros que tiene la instalación, primero con la colocación de las columnas de madera que sostienen la cubierta acristalada, y luego la colocación de los paneles traslúcidos. Ahora ya solo queda disfrutar del nuevo parque, a partir de esta tarde, y tras un modesto acto de bienvenida a cargo de la compañía Malabaracirco, cuyos integrantes mostrarán y guiarán a todos los niños que quieran acercarse a jugar bajo la cubierta acristalada.