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El Ayuntamiento ha inaugurado este jueves la Torre de la Vega, una escultura de resina de poliéster y cuatro metros de alto que, diseñada por Fran Querol, presidirá la calle Serafín Escalante al tiempo que evoca el pasado de la ciudad y sus «orígenes», como ... ha destacado la concejala de Cultura, Cristina García Viñas, antes de rendirse ante «aquellos que hicieron posible que hoy estemos aquí». Uno de los vecinos ilustres que encumbra esa lista de referentes de Torrelavega es el director, guionista y escritor Manuel Gutiérrez Aragón. Su placa, también destapada este jueves ante una gran comitiva política, brilla ya en ese «camino de la Torre de la Vega» en que se ha convertido la calle Serafín Escalante -junto a la de Javier Castillo 'Poty'-. «Nunca esperé una placa aquí. Y todavía caben muchos nombres más. Os he llevado siempre en el corazón», ha agradecido el también miembro de la Real Academia Española (RAE), emocionado al recordar su crianza en la calle Ruiz Tagle, a unos metros de donde hoy figura su nombre en letras de oro.
Ya antes de que se destapara una sola letra de este homenaje, decenas de personas interesadas por el acto colmaban la calle, adornada en el centro por una alfombra roja y amenizada por las agrupación de Danzas 'Virgen de las Nieves' de Tanos. A cada costado, apilados en los portales, los comercios o sobre los muebles urbanos de la vía, los vecinos ansiaban saber el segundo nombre honrado con esta distinción; al fondo, en la confluencia con la calle Ruiz Tagle, otros tantos torrelaveguenses inspeccionaban la recién descubierta Torre de la Vega y los cuatro caminos que ilustran su base, desde Oviedo, Palencia, Bilbao hasta Santander. La talla, obra del artista Fran Querol, esa una «interpretación personal», como ha informado éste, inspirada en la de la torre que dio origen y nombre a la ciudad, una casona fortificada de origen medieval perteneciente a la Casa de la Vega y de la que, ya no quedan demasiadas evidencias. «El rojo de la arcilla, la piedra del Dobra, así como el verde y el cobre oxidado simbolizando la bandera de Torrelavega» son los colores que han terminado sobre la pieza, dotada en su interior con un código QR con acceso a información tanto sobre la escultura como los embajadores y la historia de la capital del Besaya.
Esa es una de las grandes ideas que, junto al cariño demostrado hacia Gutiérez Aragón, han destacado todos los representantes políticos que han tomado la palabra. «No olvidarnos de nuestro pasado», se ha propuesto el concejal de Obras y primer teniente de alcalde, José Manuel Cruz Viadero, antes de subrayar la «brillante carrera» del ilustre vecino y su importancia a la hora de dar a conocer los paisajes y el nombre de Cantabria y Torrelavega. Justo después, la directora general de Turismo, Marta Barca, hacía hincapié en ese reconocimiento. «Ha elevado el nombre de Torrelavega y Cantabria a lo más alto», ha agradecido en la recta final del acto, clausurado con dos piezas musicales a cargo de la agrupación de Danzas Virgen de las Nieves Baile, un baile de picayos y una jota montañesa.
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