Los comerciantes exigen un estudio para medir el impacto económico de la Zona de Bajas Emisiones

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Javier Gangoiti

Hoy, sus portavoces -Miguel Rincón y Ángel Herrero- urgen dos medidas importantes: la primera, un estudio que ayude a medir el impacto económico que la ZBE podría tener sobre la actividad privada de la ciudad; y la segunda y fundamental, la disminución del área de exclusión a dimensiones más reducidas.

A propósito de esto último, Rincón y Herrero proponen dos opciones. La más amplia acota 100.000 metros cuadrados alrededor de las calles José María Pereda, Francisco Díaz, Joaquín Hoyos, La Llama, Juan José Ruano y Julián Urbina; la más pequeña, por su parte, propone 70.000 metros cuadrados casi idénticos salvo porque, en lugar de unir Juan José Ruano y Julián Urbina, ponen coto a la superficie bajando desde La Llama por las calles Conde Torreanaz, Ceferino Calderón -rodeando la Asunción- y, más tarde, General Ceballos hasta su encuentro con Mártires y finalmente José María de Pereda. Ambas sugerencias, aseguran, cumplen los requisitos y no ponen riesgo la captación de 3,5 millones en fondos.

De entrada no parece estar de acuerdo el Consistorio, convencido de estar aplicando una ZBE «mínima». Sea cual sea el tamaño, el equipo de gobierno ya ha contratado la instalación de nueve cámaras por 750.000 euros para velar por el cumplimiento de estas futuras restricciones.