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«De no pasar nadie a ver gente en la calle todos los días». Aurora Coterillo, presidenta de la asociación de comerciantes Oteando de Torrelavega, encarna la satisfacción que, como ella, muchos colegas del sector han experimentado tras las fiestas de la Virgen Grande. «Hacía ... mucho que no se veían unas así. Hubo buenas ideas, iniciativas y planes para la gente», elogia la responsable, entusiasmada y casi sorprendida con esa «vida» que manifestaron las vías de la ciudad durante los diez días de conmemoración a La Patrona -del 12 al 22 de agosto-. Y «tampoco es que las cajas hayan sido espectaculares», pero de alguna manera las fiestas han aunado esa receta de la que ella y muchos de sus colegas del gremio hablaban a principios del verano: «Una ciudad atractiva», «accesible», «apetecible» y dotada de «una oferta que haga ciudad». Que ese tipo de propuestas perduren en el calendario de una manera más regular constituye desde entonces la moraleja de unas fiestas que han sido «un éxito rotundo» para muchos de los colectivos sectoriales de la capital del Besaya.
No todos. La casuística es muy caprichosa y afecta a barrios y sectores de una manera distinta. No le ha ido igual de bien al comercio textil o a la hostelería, por ejemplo, que a las tiendas de alimentación. Como presidente de Comvega, Salvador Vicente es consciente del pulso tan distinto al que laten muchos de los negocios dispersos por la ciudad. En casos como los primeros, «las visitas se han incrementado bastante»; en otros, como fruterías, «el bajón ha sido considerable».
Dicho eso, Vicente pasa a elogiar las «actividades» y las «ganas» de los ciudadanos. Repite la frase casi con exactitud: «Hacía tiempo que no se veían unas fiestas así». Ahora que el sector encara una época de incertidumbre y gastos desorbitados es cuando cobran importancia algunas de las ideas que él y otros empresarios vienen recetando en El Diario Montañés: «Hay que buscar una unión gremial, crear una cadena de trabajo, impulsar ayudas para el sector...», expresa al respecto.
QUE NO SEA FLOR DE UN DÍA
eSCAPARATES INVOLUCRADOS
CONTEXTO «COMPLICADO»
Si esa racha positiva de las fiestas se queda en un hecho puntual, los beneficios se perderán en gastos en las próximas semanas. De ahí las palabras del presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Tanos, Alfredo Pozueta, si bien satisfecho con unas fiestas «muy positivas», empeñado en «dar continuidad» a una agenda de dinamización y «promover el ambiente con acciones dispersas a lo largo de todas las semanas».
Que no sea flor de un día. «Han acertado. Ahora hay que seguir haciendo actividades y movilizar a la ciudadanía, que ya ha demostrado tener muchas ganas», declara el representante sectorial, consciente del contexto «complicado» que atraviesan los tenderos y las familias en general, pero al mismo tiempo opuesto a trasladar un mensaje demasiado «derrotista»: «Eso no ayuda».
Carlos Augusto Carrasco es presidente de la Cámara de Comercio de Torrelavega y propone una lectura añadida al balance. «En el momento que hemos hecho campañas, la participación ha sido muy activa. Hemos visto la gran importancia del comercio local, que es el que hace grande las fiestas», pondera, satisfecho con el «éxito rotundo» en el que ha derivado el homenaje a La Patrona, pero prudente a la hora de hablar de su rendimiento. «Esto va por barrios, pero ha ido mejor en el centro que en las afueras».
Coincide su homólogo en la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios, Comerciantes y Autónomos de Cantabria (Apemecac), Miguel Rincón, satisfecho con el «gran flujo de visitantes» que ha canalizado la capital del Besaya este verano. Para él, esa respuesta debería inspirar un plan de dinamización, «un calendario claro de actividades que implique a muchas entidades». Objetivo: «Que todos los meses haya algo en Torrelavega».
«Qué mas quisiéramos todos», declara Julián Crespo, presidente de la Asociación EmTorre. «Hay que extender la agenda, pero fuera de Carnavales, Navidad, La Patrona y alguna fecha más, es difícil programar eventos todo el año», declara, antes de sumarse a esa mayoría de comerciantes que extrae un balance «muy positivo» del homenaje a la Virgen Grande. «Las calles han estado vivas. Había muchísimas ganas. La hostelería habrá sido el sector más beneficiado, pero el comercio en general también».
Marta Saiz, presidenta de la Asociación Nueva Ciudad, hace igualmente esa distinción, aunque no es tan optimista. Como responsable de un negocio de alimentación -una frutería-, la empresaria encarna esa otra lectura de las fiestas no tan beneficiada por las visitas. «Vida a la ciudad, mucha; pero en el comercio, poco o nada», refleja la responsable, testigo de un agosto «pésimo» y que, «salvo en la hostelería», dice, sigue dejando un sabor de boca «insostenible».
«Las fiestas han estado a reventar, pero el balance en la alimentación es pésimo. Estamos en una época en la que, si se sale, no se come; y si se come, no se sale», sintetiza Saiz, de acuerdo en «promover campañas y fomentar el comercio de cercanía» más allá de los diez días más pujantes de agosto. «Lo vamos a pasar realmente mal», avanza.
Las más de 200 peñas y cerca de 4.000 integrantes que han participado este año en las fiestas de La Patrona han sido el gran revulsivo durante los diez días de celebración. Su presencia en las diferentes citas y las calles de la ciudad no sólo ha generado buen ambiente sino una dinamización óptima para el conjunto de los comerciantes, que celebran la apuesta del Consistorio en este 2022. «Las peñas han sido maravillosas», resume Aurora Coterillo; «han acertado», asegura Alfredo Pozueta; y un «éxito rotundo», como reconoce Julián Crespo, son algunas de las conclusiones que arrojan los empresarios locales.
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