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La inundabilidad de los barrios de Torrelavega a la hora de ejecutar una obra del calibre del soterramiento es, sin duda, uno de los aspectos subrayados en rojo en la agenda del proyecto de integración ferroviaria. Por eso la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) es ... una de las voces autorizadas más a tener en cuenta. No porque sus informes sean preceptivos –van a misa–, que también, sino porque se encarga de salvaguardar la impermeabilidad de un terreno que, en algunos tramos afectados por la obra, ya ha demostrado ser vulnerable ante los expertos. La CHC se encarga de ofrecer garantías serias antes de que ninguna máquina ponga el suelo de la ciudad patas arriba.
Lo mismo pasa con la vía auxiliar, la primera gran actuación dentro de esta iniciativa valorada en unos 80 millones. El Ayuntamiento, la Consejería de Obras Públicas y el Ministerio de Transportes vienen trabajando en la redacción de un proyecto que pase el corte de todos los organismos periféricos, condición 'sine qua non' para licitar los trabajos y que las obras empiecen en junio. El examen de la CHC era la última prueba y Torrelavega ya puede decir que ha sacado el aprobado. Después de imponer la incorporación de una serie de medidas correctoras que reduzcan la posibilidad de inundación, la entidad dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha emitido un informe favorable que, ahora sí, da luz verde a la construcción de un desvío provisional llamado a canalizar el tráfico de convoyes durante el enterramiento de las vías.
El visto bueno de la Confederación supone un punto de inflexión fundamental y el verdadero pistoletazo de salida para que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) apriete el botón de la maquinaria administrativa y la primera gran inversión, de 4,5 millones, se traslade al terreno. Ya no hay vuelta atrás. Los trabajos de la vía auxiliar se licitarán en las próximas semanas y darán paso a la llegada de las palas a mediados de año. «Este año tenemos que comenzar la obra. Este informe era vital. Sin él no podíamos empezar», celebra el alcalde, Javier López Estrada, antes de fechar la aprobación del plan en febrero.
El voto favorable que ahora emite la Confederación ha costado lo suyo. El organismo de cuenca ha obligado a Adif ha hacer una serie de cambios importantes en el proyecto, «medidas correctoras» orientadas a «no agravar la inundabilidad y el riesgo preexistente en el entorno». Dichas garantías pasan por tres novedades: desde la actualización del modelo hidráulico planteado en primera instancia, cuya cota ha sido reducida en 14 centímetros para aquellos valores de permeabilidad del balasto cercanos al 20%;
la redacción de una cláusula en el proyecto de construcción, por la que el Ayuntamiento se compromete a desmontar un tramo del desvío en caso de inundaciones –hay 139.000 euros reservados a tal fin–;hasta la inclusión de todo contratiempo en el Sistema de Alertas de Emergencias, encargado de avisar a los afectados a través del plan regional de Inundaciones (Inuncant).
Fechas, cláusulas y licitaciones al margen, el alcalde, Javier López Estrada, hace una lectura de legislatura de este paso adelante para el soterramiento. Para el regionalista, el 'sí' de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC)a la integración ferroviaria y, con este, el inicio de las obras a mediados de año, se suma a otros hitos enmarcados en los últimos cuatro años. «Aunque la legislatura ha sido francamente difícil, no ha habido compromiso en el que no hayamos dado paso decisivos», declara el regidor, antes de enumerar otros «proyectos en marcha como la carretera Viveda-Torrelavega, la Tecnoteca, el Hogar del Transeúnte, la consolidación del Palacio municipal o las nuevas piscinas de verano». Volviendo al soterramiento y a las posibles inundaciones, el regidor ya se pronunció claramente hace seis meses, tras la aprobación del expediente de información pública y audiencia:«No hay riesgo. Ninguno. El subsuelo de Torrelavega va a estar más controlado que nunca».
Nadie puede garantizar que esos problemas no se vayan a producir. Lo que hace la Confederación es amarrar un proyecto mucho más garantista y no escatimar en los mecanismos de prevención. Esa opinión tan escrupulosa no debería sorprender a nadie a estas alturas, más teniendo en cuenta que el asunto de la inundabilidad en Torrelavega viene estando sobre la mesa desde que el proyecto de integración ferroviaria se trasladó al papel y hasta los técnicos del Servicio de Protección Civil avisaron de estos mismos riesgos –como llegó a recoger la Declaración de Impacto Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico–.
Todas esas contingencias explican el aviso a navegantes que el organismo de cuenca lanza hacia el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias:«El promotor deberá suscribir una declaración responsable en la que exprese claramente que asume el riesgo existente y las medidas de protección civil aplicable al caso, comprometiéndose a trasladar esa información a los posibles afectados, con independencia de las medidas complementarias que estime oportuno».
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