Cristina Bucsa suma su estrella al Paseo Torre de la Vega

El Paseo Torre de la Vega, el popular 'Paseo de la Fama' de los torrelaveguenses, contará a partir de este miércoles con una nueva estrella. La tenista Cristina Bucsa, medallista olímpica en París, sumará su nombre a los del coreógrafo Javier Castillo 'Poty', el cineasta Manuel Gutiérrez Aragón, el actor Antonio Resines y el dibujante Álvaro Martínez Bueno. Bucsa será la primera mujer homenajeada y también la primera que represente al deporte en el Paseo Torre de la Vega, situado en la calle Serafín Escalante.

Así lo han dado a conocer el alcalde, Javier López Estrada, y el concejal de Deportes, Nacho González. El reconocimiento tendrá lugar a las 18.00 horas y contará con la participación de la Escuela Municipal de Tenis, en la que se formó la medallista olímpica. Tanto López Estrada como González han invitado a todos los torrelaveguenses a sumarse a este homenaje a «una de nuestras deportistas más internacionales». Se trata, han dicho, de reconocer la trayectoria, el esfuerzo y el trabajo de una deportista que «lleva el nombre de Torrelavega por todo el mundo».

El Paseo de la Torre de la Vega, creado para reconocer a aquellos torrelaveguenses destacados profesionalmente y que presumen de su origen, discurre entre la Plaza de la Estrella y la confluencia con la calle Ruiz Tagle, donde se ubica la escultura de gran tamaño que le da nombre. Se trata de la réplica de la Torre de la Vega, realizada por el artista Fran Querol con cuatro puertas que simbolizan el «cruce de caminos de Torrelavega». La talla recuerda los orígenes de Torrelavega y la fundación de la ciudad.

Cristina Bucsa (Chisinau, 1998) no ha dejado de recibir diversos reconocimientos desde que lograse la medalla de bronce el pasado verano en París. «Esta es mi casa. Aquí empezó todo», dijo la tenista en uno de los más emotivos, organizado por su antiguo club, el Círculo de Recreo de Torrelavega.

Al homenaje se sumaron algunos de los que fueron compañeros de taquilla en sus inicios. La recibieron entre aplausos y no hubo quien dejara escapar la oportunidad de fotografiarse con ella. «Solo puedo dar las gracias. Me siento muy agradecida por este acto. No me esperaba todo esto», confesaba con ese aire entre tímida y abrumada que desprende. Nada que ver con cuando juega en la pista ni cuando se le pregunta por sus deseos: «Ahora hay que pensar en más. En otros objetivos y en seguir creciendo».

Bucsa recibió un ramo de flores, una placa conmemorativa y la insignia de oro, la máxima distinción del club, de manos de Miguel Remón, su presidente. «Es una auténtico orgullo poder contar con ella. Nosotros la sentimos como nuestra», dijo.

Todo tuvo lugar en un acto organizado, por exigencias del guión, a la carrera. Al mismo ritmo al que va la vida de la tenista desde que logró el éxito. Aquella fugaz presencia en Torrelavega provocó un trabajo en cadena para organizar un reconocimiento a quien entrenó durante quince años en esas pistas.

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