Cruz Roja termina su labor de ayuda a los sintecho en Torrelavega tras cinco años y 1.769 personas atendidas

Hoy, domingo, es el primer día sin esta prestación por parte de Cruz Roja, enfocada a todo tipo de vecinos e historias personales diferentes. Detrás de estas 1.769 personas asistidas hay 1.599 hombres y 170 mujeres -1.234 españoles y 535 extranjeros-, mayoritariamente entre 50 y 60 años. Historias relacionadas con drogas, hechos traumáticos, pérdidas, familias en situación de riesgo y, a veces, muchas, circunstancias tan corrientes como la de cualquier vecino.

Sus perfiles son tan distintos como la ayuda que han recibido por parte de la asamblea local, su equipo coordinador y sus voluntarios. En estos cinco años, estos han salido a la calle para contribuir de mil maneras, empezando por dejar una sopa caliente en un portal y sin apenas mediar palabra, hasta crear un vínculo, iniciando así el camino hacia una vida mejor. Es un proceso muy lento, pero va evolucionando y cambiando de necesidades. Servicios de peluquería, vestuario, gafas, higiene, alojamiento, transporte hacia otros servicios específicos... De todo.

Así es como, en muchos casos, la persona empieza a mostrar su deseo de abandonar el sinhogarismo. En este lustro de trabajo, Cruz Roja conoció a 264 personas empadronadas en Cantabria y que quisieron dar ese paso, llevando así la intervención a un nivel más profundo. Búsqueda de alojamiento alternativa; derivaciones a recursos de apoyo; tramitación de papeles sobre dependencia o discapacidad, ayuda, etc.; restablecimiento de redes familiares... Detrás de cada caso, hay una historia y necesidades completamente diferentes.

En estos años, de hecho, se han tramitado ingresos urgentes en la Unidad de Psiquiatría y se ha trabajado la adherencia a tratamientos, así como el acompañamiento afectivo y social que estas afectaciones requieren. Cabe recordar, además, que en el colectivo existe un número importante de personas «con una afectación grave en su salud mental».

El carácter global de este problema y no de personas individuales es uno de los mensajes que Cruz Roja Torrelavega quiere dejar claro tras el cierre de este capítulo de cinco años, muchos más de los previstos inicialmente -antes de que la obra del nuevo Hogar del Transeúnte se retrasara muchísimo-. «Recordemos que el sinhogarismo nombra un fenómeno social, un problema estructural, no individual, sino de toda la sociedad que requiere, por ello, la atención de todos los agentes sociales. No olvidemos a este colectivo», traslada la entidad, en una misiva enviada esta semana para dar a conocer este fin de ciclo, posible gracias al esfuerzo y también la colaboración con el Consistorio -y, sobre todo, con sus Servicios Sociales-.

En el comunicado, además, la asamblea local pone el acento en la problemática social vivida por estas personas, «la cual configura un estado límite de vulnerabilidad y es la expresión más cruda de la exclusión residencial».