-ROqRWGrG7XpVKVIyUKqTWcM-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Carmen Martín es licenciada en Química, tiene un máster en Riesgos Laborales, 24 años de experiencia y ganas de trabajar. Y, aún con todo, «no ... encaja», le dicen, cada vez que aspira a un puesto de trabajo. De 50 años, natural de Madrid y residente en Torrelavega, encarna a miles de personas en situación similar. Formación, experiencia y potencial para trabajar, a un lado; un historial reciente lastrado por el cierre de un negocio –como es su caso–, años encadenando trabajos mal pagados, una inestabilidad agravada por la pandemia y la edad, al otro. «Y si eres mujer no llegas ni a la entrevista», revelaba este miércoles, apenas media hora después de haber hecho cola con otras cerca de cien personas en paro y acercarse a la Feria de Empleo 45+, una iniciativa organizada por la Cámara de Torrelavega y que, por primera vez en Cantabria, se centra en facilitar la empleabilidad de personas como ella. Como ella, como Óscar, María, Ana, Ignacio... Vecinos mayores de 45 años que buscan un trabajo y a quienes el mercado les sigue dando la espalda.
«No sabes lo que nos cuesta», «tenemos potencial» o «todavía nos queda mucho que aportar» son sólo algunos de los titulares que expresaron tras el arranque de esta cita, en la que participan más de 20 empresas. Carmen, por ejemplo, lleva dos años así, sin terminar de trabajar tantas horas como le gustaría. Se dedicó más de 20 años a temas de logística, pero ahora la cosa no está para cerrarse puertas. «Me da igual de qué», señalaba, convencida de su experiencia: «Es fundamental que nos den oportunidades. Tenemos cuarenta, cincuenta o sesenta y pico; ¿y qué? Aportamos y queremos trabajar».
Esa máxima la han repetido decenas de personas este miércoles en la sede de la Cámara. También Ana María Pastor, de 64 años y torrelaveguense, que quiere sumar un par de años cotizados más con un trabajo a jornada completa. A ella, que es logopeda y músico, también le da igual de qué; sólo quiere trabajar. «Una sociedad se ha de construir integrando a todos, sin dejar a nadie atrás», declaraba, animada: «Yo tengo muchas ganas de trabajar»
También de Torrelavega, Sergio Alonso y Óscar González han llegado juntos a la Feria. El primero, de 45 años, lleva «sin estar dado de alta» desde 2020; el segundo, de 47, dice llevar «toda la vida» buscando «un trabajo bueno». Tienen experiencia en sectores como la construcción y se han ganado la vida en otros países, pero el mercado de trabajo en España se les resiste últimamente. «Te sientes desplazado», decía Sergio; «tenemos mucha más experiencia que otros con miles de estudios», añadía Óscar: «Tenemos mucho que aportar. Somos luchadores».
En cada uno de esos ‘stand’ lucían firmas y logotipos de toda clase. La lista de empresas este año entiende de distintos sectores: Leroy Merlin, Fundación ONCE, Amica, Cruz Roja, Lupa, Armando Álvarez, Fundación Laboral de la Construcción, Horno San José, la propia ADL de Torrelavega, Blendio… De todo. Por sus puestos, fueron pasando decenas de personas durante toda la jornada, enriquecida también con dos charlas del orientador laboral, Santiago Saro Ortiz, y la consejera y directora de Operaciones de SIECSA, Sylvia de Miguel Puebla.
Marta Lusy Arango, vecina de Torrelavega y natural de Cali (Colombia), estaba en el patio de butacas antes de una de esas charlas. Llegó a Cantabria en plena pandemia y, desde entonces, vive con su madre en la capital del Besaya, donde aspira a conseguir un empleo en el ámbito sociosanitario, en el que ha trabajado toda la vida. «Tengo mucha experiencia», defendía ella, de 58 años, en línea con otros vecinos nacidos en los años 60 y 70.
Óscar Peña, de Torrelavega aunque residente en Miengo, dijo lo mismo de otra manera. «Con los años, todos vamos adquiriendo sabiduría. Tenemos mucho que aportar. Somos de los años 80, supervivientes. Basta arrimarse a una persona mayor, mayor de verdad, para darte cuenta de lo sabias que son».
Esa idea ha estado rondando las declaraciones de visitantes y autoridades durante toda la jornada. El presidente de la Cámara también ha hecho referencia al valor de los trabajadores más experimentados y las dificultades que encuentran para entrar del todo en un mercado laboral cambiante. «Una sociedad tan madura no se puede permitir que su talento más cualificado se desaproveche», ha apelado, antes de llamar a la colaboración institucional y al desarrollo de oportunidades para los mayores de 45 años, a los que ha tildado de «personas indispensables».
Lucía Serrano, directora del Servicio Cántabro de Empleo, ha tomado la palabra después y ha dado motivos para sostener esa afirmación: «Son punteros en muchas cosas». Asimismo, ha querido subrayar la importancia no sólo de generar oportunidades de empleo y ofrecer trabajo, sino de ofrecer una «adaptación a un mercado laboral cambiante» a día de hoy. Tras ella, el alcalde, Javier López Estrada, ha recogido el testigo de esa colaboración institucional mencionada por Carrasco para finalizar su intervención en clave puramente local, mencionado la tendencia positiva en los datos de empleo de la capital del Besaya. «Poco a poco comenzamos a ver la luz al final del túnel».
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