Cultura ultima los trámites para transformar La Lechera y comenzar la reforma este mes

De aquí a las próximas semanas, las promesas sobre La Lechera deberían pasar «de las palabras a los hechos», como viene subrayando el vicepresidente y consejero, ahora en funciones, Pablo Zuloaga, convencido, desde que emprendió la metamorfosis, de la magnitud del proyecto y, sobre todo, de la «infraestructura cultural» que este otorgará tanto a la capital del Besaya como a su antigua azucarera. También el alcalde, Javier López Estrada, viene manifestándose así: «Será un lujo», celebra, ilusionado con lo que considera un «hito» que, de aquí a un año, está llamado a «posicionar a Torrelavega en el itinerario cultural de Cantabria» y a espolear un «patrimonio industrial», Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2020, que carecía de futuro hasta que estos planes llegaron a la mesa.

Pero la mutación de la azucarera a un museo no supone ni la mitad de la transformación que propone Cultura. Quedan otros 10,3 millones por licitar en la segunda fase, la más costosa. El Gobierno entrante del PP tiene que licitar, antes o después, la adecuación de otros 3.650 metros cuadrados del recinto fabril, una actuación llamada a cobijar a las escuelas municipales de arte que hoy se encuentran dispersas a lo largo de diferentes puntos de la capital del Besaya.