Un curso para jubiladas compromete la gimnasia de 200 alumnos de El Zapatón

Están condenados a entenderse. De lo contrario, más de 200 estudiantes -la mitad de los 400 que cursan la Educación Secundaria Obligatoria (ESO)- se verían despachados bien al Parque Manuel Barquín, donde tradicionalmente se venía celebrando la asignatura antes de que se solicitara este derecho; o a las salas de la planta baja del pabellón que ya ha ofrecido el Consistorio, «demasiado pequeñas» para el tipo de actividades y el caudal de jóvenes que gozan de estas lecciones. Terminar condicionados a un sitio o al otro y, sobre todo, quedar privados de un espacio público como el Vicente Trueba resultaría un jarro de agua fría para el centro educativo, que pide «voluntad» al Ayuntamiento de Torrelavega para tratar de conciliar ambas agendas y desplazar el horario de las usuarias del ciclo «tan solo 15 minutos». La concejalía de Educación opta por no pronunciarse.

Ahí es donde entra en juego la concejalía de Deportes, envuelta en medio del asunto y, como avanzó a El Diario su responsable, Nacho González, con la intención de poder ceder el espacio «a tantos vecinos como se pueda». Por desgracia para el arreglo y la organización de El Zapatón, la incógnita no se podrá resolver «hasta mediados o finales de octubre, una vez que el ciclo de Gimnasia de Mantenimiento incorporé al 100% de sus usuarias», como especifica el edil. Llegado ese día, el Consistorio tomará la determinación de consultarles el cambio de horario a unas vecinas con una «agenda muy definida» y a las que cualquier cambio «puede resultarles un problema». Desde el Consistorio reconocen que no será fácil.

Está por ver cómo terminan los juegos de malabares del inicio de curso y la utilización de los espacios públicos de la capital del Besaya. Entre tanto, el jefe de Deportes tiende la mano al instituto y recuerda los medios que, ya sin problemas, están mucho más libres y a disposición de los niños: las salas alternativas ubicadas en la planta baja del Vicente Trueba, habitualmente demandadas para distintas actividades.

«Ahí no cabemos», contraponen desde el centro, necesitado de unas dependencias más grandes debido al «incremento de alumnos de los últimos años» y, de seguir así, abonado a un «caos organizativo» por una situación que se resolvería únicamente «con voluntad» por parte del equipo de gobierno.

A falta de conocer cuál es la reacción de las inscritas de Gimnasia de Mantenimiento ante la consulta, lo que ya ha quedado claro a ojos de El Zapatón es la buena disposición del resto de clubes y entidades que hacen uso de las instalaciones. Ni el Alega Cantabria de baloncesto, ni el Bathco BM de balonmano, por nombrar a dos de los clubes profesionales que utilizan este espacio, han puesto una sola pega para hacer un hueco a las clases del instituto público. Que la convivencia y los derechos de todos estos solicitantes se satisfaga depende única y exclusivamente del encaje que decida imponer el Ayuntamiento por el bien de todas las actividades.

La solicitud del centro educativo y la ausencia de un horizonte claro con respecto a este 'choque' de calendarios ya quedó meridianamente clara en la última Comisión de Deportes celebrada esta misma semana. Aquel día, fue el portavoz de Ciudadanos (Cs) en Torrelavega, Julio Ricciardiello, el que encarnó las reivindicaciones de El Zapatón y urgió al Consistorio a garantizar el acceso de sus alumnos a las instalaciones. Unos días después de aquel debate, el naranja califica la situación de «surrealista» y reitera el derecho de estos estudiantes a poder utilizar un polideportivo «que es de todos».

Con «voluntad», esto no debería entrañar mayor problema, según el portavoz centrista. «Esto es de todos y para todos. Se trata de buscar un hueco y un espacio para que los vecinos puedan disfrutar de espacios públicos como el pabellón. Y que lo usen. Es lo más coherente», apela Ricciardiello, antes de destacar la buena disposición de todos los clubes involucrados -desde el Bathco hasta el Alega- y urgir la autorización del cambio al equipo municipal: «Nadie tiene ningún problema en entrar un poco más tarde. Es por el bien de los alumnos. Lo único que tiene que hacer el Ayuntamiento es dialogar y acomodar los horarios».