Secciones
Servicios
Destacamos
El desalojo de los últimos servicios municipales del renqueante Palacio municipal, el de Recaudación y las oficinas de los grupos políticos, se ha convertido en uno de los dolores de cabeza más surrealistas de la legislatura. Después de tirarse de los pelos por la dirección de la nueva sede y ni siquiera lograr el consenso de los partidos ... , el Ayuntamiento suma ahora el despropósito de la reforma en las nuevas dependencias -en la calle Berta Perogordo-, rehabilitación que, debido un error de cálculo, se alargará bastante más de lo previsto. La Concejalía de Recursos Humanos, dirigida por Borja Sainz, estima que el local estará a disposición de la mudanza a finales de esta legislatura, en mayo, todo mientras la Asamblea Ciudadana Por Torrelavega (ACPT) critica la «chapuza» municipal y carga contra los sobrecostes.
Torrelavega viene tramitando el alquiler de este local desde julio del año pasado. Nadie ha podido utilizarlo todavía. «Chapuza tras chapuza, gasto tras gasto, esa es la tónica de esta legislatura por parte del equipo de gobierno», señala el portavoz, Iván Martínez. Entre tanto, los trabajadores de Recaudación y los miembros de los grupos políticos permanecen, a pesar de las obras y los ruidos, dentro del edificio de Joaquín Rucoba -construido entre 1890 y 1906-. El área de Recursos Humanos reconoce que el desalojo se está demorando más de lo previsto. Su responsable, Borja Sainz, contestó así a la formación asamblearia: «Resulta obvio para todos, menos para ACPT, que hasta que no se remate esta importante obra la obligación del equipo de gobierno es buscar soluciones para que los vecinos puedan realizar sus trámites administrativos con el Ayuntamiento en el centro de la ciudad».
La situación trae de cabeza a ACPT, indignada con la demora y, sobre todo, el coste que los torrelaveguenses pagan por la sede desde el 1 de septiembre, «14.995 euros más IVA». Que el contrato valga ese dinero tampoco es una cuestión baladí. «De haber sido de 15.000 euros se habría tenido que seguir un procedimiento distinto, realizando un concurso público. Pero de la manera que se ha hecho, no se podrá renovar el contrato de alquiler, ya que la ley no permite concatenar contratos menores», declaran desde la formación asamblearia, una de las más críticas con la dispersión que, desde hace años -y al margen de la obra de consolidación del Palacio- sufre el organigrama municipal del Ayuntamiento. «Torrelavega tiene que volver a centralizar las dependencias municipales».
En lo que a la salida de los partidos políticos respecta, la mudanza viene siendo un motivo de intensa polémica para los de ACPT. Ni un entrepiso en la calle Ruiz Tagle, primero, ni esta propuesta en firme en la calle Berta Perogordo -un viejo local de Antigüedades Maestre- han terminado de convencer nunca a los de Iván Martínez, que incluso entienden este traslado como algo más que una mudanza. «Su objetivo es tratar de ocultarnos y que los vecinos de Torrelavega no sepan dónde localizarnos», señalaba el portavoz este pasado verano, más partidario de trasladarse a Baldomero Iglesias.
Polémicas al margen, las obras se tienen que desarrollar. Y si los partidos no quieren atender a los vecinos con ruidos y vibraciones de por medio, tendrán que asumir la idea del traslado a estas otras dependencias. Cabe recordar que, de no ser por esta actuación, la obra de Joaquín Rucoba se vendría abajo. No los despachos, eso sí. Aunque desde el exterior no lo parezca, tanto el servicio de Recaudación como las oficinas de los grupos políticos se ubican en un inmueble colindante al del arquitecto pejino. La rehabilitación se desarrolla justo al lado, pero no obliga necesariamente a que los partidos abandonen sus dependencias.
Aún con todo, la diáspora de servicios municipales se ha ido materializando en los últimos años hasta dejar el Palacio prácticamente vacío. El primer servicio municipal que dio la espalda a esas molestias fue el de Urbanismo, en 2004, tres años después de que el Palacio empezara a dar síntomas de enfermedad. Esos primeros signos de envejecimiento se observaron 75 años después de actividad consistorial -se inauguró como Ayuntamiento el 24 de enero de 1926, seis meses después de que la Corporación municipal lo comprara por 275.000 pesetas-, si bien la última sesión convocada en su salón de plenos se celebró el 2 de noviembre de 2017. Este es, de hecho, uno de los espacios más afectados.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.