Dos años con barracones en el Óscar Freire

«Se ha alargado más de lo previsto», reconoce el concejal del área, Nacho González. «Somos los primeros -explica- que sabemos que los vestuarios hay que arreglarlos en condiciones y hay que hacer otros debajo de la grada, y la solución llegará el año que viene. La obra está en el Presupuesto de 2024 y estamos a la espera de sacarla a licitación».

Uno de los clubes más afectados por esta situación es el Amistad, que tiene más de 300 niños y adolescentes jurando en sus equipos de fútbol. Lorenzo Pérez, uno de sus coordinadores, confiesa que «el peor momento» le pasaron cuando se cerraron durante un año los vestuarios para hacerlos un 'lavado de cara' y en los módulos prefabricados, que se instalaron después de la pandemia, se agotaba el agua caliente a la hora de ducharse. «Al principio había gente que no se duchaba porque los calentadores no daban para todos», señala.

La situación mejoró el año pasado al reabrirse los vestuarios e ir a ellos los jugadores más pequeños (alevines y benjamines). Ahora los barracones son utilizadores por los equipos infantiles, juveniles y cadetes, así como el de veteranos y los jugadores del Montañas del Pas, club de Corvera de Toranzo que necesitaba un campo para entrenar. «Ahora nos apañamos bien. No son unos vestuarios normales, pero nos arreglamos», afirma Pérez, a la vez recuerda el mal estado del césped del campo de hierba artificial, tras catorce años de intensa actividad.

También siguen a la espera de una solución definitiva en los degradados siete vestuarios del complejo deportivo, en los que se cambian y duchan, además de los alevines y benjamines del Amistad, atletas, jugadores de fútbol americano, integrantes de la escuela de ciclismo y hasta trabajadores municipales. El Ayuntamiento volvió a abrir las instalaciones el año pasado, tras una pequeña reparación que no ha evitado que vuelvan a aparecer humedades, azulejos rotos o caídos, desconchados... Los vestuarios que utilizan los pequeños futbolistas son los que registran más daños, mientras que los destinados a mujeres muestran un uso mucho más respetuoso.

En el recinto también hay un pequeño gimnasio municipal en el que las humedades van levantando el suelo, tras sufrir una inundación hace cuatro años, y un museo dedicado al famoso ciclista torrelaveguense Vicente Trueba, que abre los sábados y cuidan con esmero. Mientras tanto, conserjes y monitores tratan de sacar adelante su trabajo pese a estas malas condiciones, denunciadas repetidamente por grupos políticos de la oposición municipal, y los favores que el dirigente de turno suele hacer a algunos usuarios, trastocando la agenda de las instalaciones.

Hace un año el Ayuntamiento sufrió un varapalo judicial en el largo proceso de expropiación del complejo deportivo y los terrenos de El Patatal. La Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria estimó parcialmente el recurso interpuesto por la empresa y elevó en 1,1 millones la tasación de las instalaciones del Óscar Freire. El Jurado Provincial de Expropiación había decidido que adquirir este suelo definitivamente le costaría a las arcas municipales 1,5 millones. Sin embargo, el TSJC consideró esos 51.022 metros cuadrados como un suelo urbanizado y fijó su valor en 2,7 millones.