El edificio de La Llama asume su rehabilitación de 1,1 millones para ser la segunda sede del Ayuntamiento

La antigua sede de la Cámara, de hecho, está llamada a acoger gran parte de esa parte dedicada a la atención de los ciudadanos. A La Llama se trasladará la rutina más funcional del engranaje municipal, todos esos servicios que, hasta ahora y por el espacio reducido que concede su hermano en Baldomero Iglesias, venían siendo complejos de cobijar en los últimos años. Ventanilla, bodas, el registro... El equipo de gobierno está convencido de esto y apela a esa comodidad de la que, como promete la reforma, gozarán sus estancias de aquí a los próximos diez meses. Las dependencias de la plaza roja tendrán la actividad administrativa como bandera; la vieja Cámara de Comercio, por su parte, hará lo propio con toda la atención de los vecinos en general.

La mudanza de rutinas no afecta a los Plenos, eso sí. Hoy por hoy, y a pesar de que el proyecto prevé la adecuación del salón de usos múltiples de la planta baja como el cobijo ideal para las sesiones de los partidos, el Ayuntamiento tiene previsto cambiar esos planes originales y mantener los debates en Baldomero Iglesias, donde trabajan los técnicos, secretarios y demás personal básico para el desarrollo de estos debates.

Contradicciones con la memoria del proyecto al margen, el edificio de La Llama debería inaugurar su nueva etapa como sede municipal a finales de julio del año que viene -siguiendo los plazos al dedillo-. De aquí a los próximos diez meses, la adjudicataria tendrá que abordar todo tipo de trabajos para poner el inmueble a punto y adecuar no sólo todas sus instalaciones (fontanería, electricidad, iluminación, protección contra incendios y saneamiento) sino también su equipamiento (ventilación y climatización), que viene deteriorándose desde que el inmueble -salvo por algún acto institucional o de partido- quedó prácticamente abandonado y con algunas de sus estancias muy descuidadas.

Entre tanto, el Ayuntamiento de Torrelavega sigue sin pronunciarse activa y claramente sobre el futuro de la sede institucional por antonomasia en la ciudad: el Palacio municipal, consolidado tras dos décadas en peligro de derrumbe y más de medio año de trabajos con ayuda de la Consejería de Obras Públicas.

El Ayuntamiento ya sostuvo, tras la consolidación definitiva, que los planes, a medio plazo al menos, pasan por la vuelta de los plenos y la actividad pública en general a la antigua residencia de Luciano Demetrio Herrero. Para eso, el edificio construido por Joaquín Rucoba -entre 1890 y 1906- necesita su propio lavado de cara. Y este no vale un millón como el de la antigua Cámara de Comercio; este segundo costará, mínimo, ocho millones.