El edificio de La Llama será la segunda sede del Ayuntamiento tras su rehabilitación

No así los Plenos. A día de hoy, el Ayuntamiento tiene previsto mantener las sesiones en Baldomero Iglesias, donde trabajan los técnicos, secretarios y demás personal básico para el desarrollo de estas funciones. La faceta más administrativa del engranaje municipal continuará en la plaza roja; el edificio de La Llama, por su parte, integrará una rutina más funcional para todos esos servicios que, hasta ahora y por el espacio reducido que concede su hermano en el centro, venían siendo complejos de cobijar en los últimos años. Ventanilla, bodas, el registro... Toda la atención ciudadana en general contará con una sede mucho más cómoda en las antiguas dependencias de la Cámara de Comercio.

Pero todavía quedan meses y es probable que más de un año para que todo este traslado se materialice. Es más, los grupos políticos tienen no esta sino otra mudanza por delante. Estarán en tres edificios en apenas año y pico: en las oficinas anexas al Palacio municipal, donde trabajan ahora; el edificio de La Llama, a donde irán en cuanto las obras terminen; y, entre tanto, un local en la calle Berta Perogordo.

La tramitación de esta sede provisional -que también ocupará el servicio de Recaudación- fue objeto de polémica en la pasada legislatura. El Ayuntamiento viene abonando su alquiler desde hace meses, aunque nadie trabaja en ella. Ayer, la edil de Recursos Humanos, Laura Romano, avanzó que su departamento trabaja en la tramitación de esta mudanza, que confía en hacer realidad a principios del año que viene. La misma Concejalía, dirigida por Borja Sainz en el último mandato, estimó que el local estaría preparado a finales de la legislatura. Ya entonces, grupos como ACPT reprochaban al Consistorio esta «chapuza».

Entre tanto, Torrelavega ha culminado ya el concurso público de la reforma en el edificio de La Llama, hoy por hoy completamente inhabitable. La mesa de contratación del Ayuntamiento de Torrelavega acaba de adjudicar las tareas a una Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Llorente Electricidad y Cuevas Gestión de Obras.

Si los plazos no se retrasan, esta inversión de un 1,1 millones -cofinanciada con 570.813 euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR)- podrían empezar a finales de verano. Para entonces, empezará un lavado de cara clave para potenciar su función pública y adecuar no sólo sus instalaciones (fontanería, electricidad, sistema contra incendios y saneamiento), sino también su equipamiento (ventilación y climatización), deteriorado cada día desde que el inmueble -salvo por algún acto institucional o de partido- se abandonó a su suerte.