Eliminar invasoras, crear humedales y mejorar la accesibilidad, entre las prioridades para El Patatal

La idea es que ese pasado con raíces industriales dé paso ahora a un futuro mucho más amigable con los paseantes y el buen estado de la naturaleza en general; la cuestión después de tantos años sigue siendo el cómo. O mejor dicho, con qué dinero y con qué plazos se va a hacer todo esto.

Ninguna de estas dos cuestiones fundamentales, que apuntaban a cerca de 900.000 euros y un plazo «de seis a nueve meses», en cálculos del Ayuntamiento hace unas semanas, queda clara todavía en el proyecto de restauración ecológica que salió ayer a información pública en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC). se somete a información pública por espacio de quince días. Con estos datos en el aire, el expediente promovido por la Concejalía de Medio Ambiente avanza en la tramitación y se somete desde ayer al escrutinio de los ciudadanos, durante quince días.

Y hablando de plazos: todas estas tareas pueden terminar ejecutándose con los plazos al límite, teniendo en cuenta las condiciones fijadas por la Fundación Biodiversidad cuando, hace ya dos años, concedió dos millones de euros al Ayuntamiento para esta y todas las iniciativas asociadas al plan 'Torrelavega Conexión Natural'. Para cumplir los requisitos y percibir el dinero, el Patatal debe quedar restaurado antes de terminar el año. Y, aunque en el expediente publicado ayer en el BOC no queda claro durante cuántos meses se pueden alargar las tareas, una cosa está clara: el Consistorio aún tiene que licitar y adjudicar el proyecto. A nada que las obras duren esos seis meses, la estimación más reducida que venía facilitando Medio Ambiente, los plazos para no perder casi un millón de euros en ayudas estarán al límite.

Mientras, las doce hectáreas del parque que serán objeto de esta restauración siguen esperando este nuevo futuro, que se puede sintetizar en el adiós a las invasoras, la plantación de especies autóctonas, la mejora de hábitats acuáticas y la consolidación de una red de caminos para el paseo de los visitantes y la práctica deportiva, como queda reflejado en el proyecto. En él, la empresa encargada de su redacción (WSP Spain) informa sobre detalles interesantes al repasar cada uno de estos tres lotes de trabajos.

Viendo el plan de trabajo queda en evidencia, por ejemplo, el «estado de abandono» que viene sufriendo el arbolado del parque desde hace décadas, «sin podas ni mantenimientos». Ni decir tienen sus «deficiencias» en materia de instalaciones deportivas y de ocio. Básicamente, y salvando los caminos creados por el tránsito de deportistas y paseantes a lo largo de los años, todo el Patatal ha quedado a merced de la flora invasora. Un dato sobre esto: «Se estima que alrededor del 45 % de la superficie del parque, unas 5,09 hectáreas, están afectadas por la presencia de flora catalogada como invasora».

El proyecto cataloga hasta siete tipos de ejemplares en esta lista. Hay más datos. Otro interesante, por ejemplo es el de su «elevada densidad de arbolado», con un total de 1.308 ejemplares de 21 especies distintas. La mayoría: falsas acacias, chopos canadienses y eucaliptos.