La emotiva fiesta de Julián y Merche para despedir tres décadas de prensa y amigos

Los más pequeños también podrán formar parte de esta crónica en el futuro. La historia de la librería Virgen Grande sigue. Hoy, en esa gran fiesta de jubilación llena de música, tortilla, botellas de vermut y hasta un cortador de jamón instalado en plena calle, Julián y Merche escenificaron también el traspaso del negocio a sus nuevos dueños, Marco Gómez y Araley López. «Gracias a Julián, Merche y a Torrelavega. Esperamos que este local siga siendo un punto referente de la ciudad. Estamos muy contentos de seguir adelante con todo esto», expresó él, recibiendo al instante la ovación de las decenas de personas que se acercaron hasta aquí, desde sus –ya– clientes hasta diferentes concejales de la Corporación.

La reputación de la librería Virgen Grande, la 'tienda de siempre' entre muchísimos lectores y vecinos en general, no es algo casual; es fruto de una labor incansable y casi sin descanso. Salvando quizá un par de semanas al año, Julián y Merche han estado ahí siempre. Hace unos meses, precisamente en el marco de un reportaje dando a conocer la puesta en venta del local, Julián recordaba todas esas veces que los clientes le dedicaban frases de este tipo. «Ya me dijeron que estabais abiertos», «sabía que vosotros sí», «¿cuándo descansáis vosotros?»... Y así durante más de tres décadas al frente.

Mañana, 31 de diciembre, al fin, esa pregunta deja de ser retórica. Julián y Merche inician un nuevo capítulo, el de la jubilación, aunque prometen no alejarse mucho de su ciudad, una Torrelavega de la que siempre han hecho gala, tanto a través de la Asociación Emtorre –que Julián preside– como en tantas otras colaboraciones junto el Ayuntamiento.

Las decenas de personas que se aglomeraron en la estrechísima acera de la calle Augusto González Linares son un buen indicativo de esa dedicación y del cariño que la ciudad le ha dado ca cambio. Las jubilaciones en la empresas son habitualmente motivo de celebración y una pequeña fiesta entre compañeros, pero lo de este lunes en la librería Virgen Grande fue otra cosa. Pinchadiscos, música durante más de una hora, bailes, aperitivo, fotos por doquier... Por momentos, los vehículos que circulaban por aquí –despacio porque la multitud se veía de lejos– tuvieron que girar y guardar cierta distancia. Muchos bajaban la ventanilla para ver qué pasaba;otros, directamente, hacían sonar el claxon para contribuir a la fiesta.

Cada uno lo vivió a su manera, aunque siempre con gran emoción. De hecho, representantes públicos presentes, como Cristina García Viñas, reconocían haber acudido al evento no en calidad de concejala de Comercio, sino de vecina. «Habéis sido unos grandes vecinos, amigos y comerciantes. Torrelavega os debe mucho. Es muy satisfactorio saber que esta librería no cerrará», declaraba emocionada, antes de recordar la cantidad de madrugones y las jornadas maratonianas detrás del mostrador.

Esa fórmula del éxito, la persiana abierta constantemente y el trato cercano como bandera, pronto cambiaron la forma en que la gente veía la tienda. «Qué importante es que la ciudad tenga comercios como el vuestro», destacaba el alcalde en funciones, José Luis Urraca, consciente de los mucho que Julián y Merche se han «involucrado» con su ciudad. A su lado, el portavoz popular, Miguel Ángel Vargas, también dedicó palabras de reconocimiento, asegurando que el local «es parte del callejero y de la sociedad de Torrelavega».