Un escaparate de ocasión

Basta darse un paseo por el parquin para corroborar la riqueza de la propuesta, plagada de marcas, modelos de dieciséis concesionarios distintos, precios y, según fue avanzando la mañana, vecinos. Joaquín Diego, por ejemplo, encarna al público que cualquier concesionario querría tener frente a su puerta. Él, que ya lleva «décadas» conduciendo su coche, está valorando seriamente buscarle un sustituto. «Ya toca cambiar», sintetizaba, antes de hacer el enésimo alto en la ronda e inclinarse al cartel de uno de los vehículos aparcados en batería.

Muy cerca de aquí, la luna de otro turismo presumía ante los curiosos de una gigantesca etiqueta ambiental, uno de los distintivos más socorridos en las últimas semanas debido a la instalación de la zona de bajas emisiones (ZBE) en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes. Es un reclamo más. Porque, más que el lujo, que también tendrá algún estandarte brillando en el ferial, los clientes estuvieron muy atentos a este tipo de características durante el arranque del Salón del Motor. Porque brillaron coches de todo tipo: desde seminuevos, 'kilómetro 0' o cortesía con muy pocos kilómetros, clasificados por antigüedad; hasta tradicionales, híbridos o eléctricos, en función de su motor.

«Hay de todo», certificaba José Manuel Díaz, uno de los muchos curiosos que, atraídos por esta oferta, quiso darse una vuelta por el recinto ferial y meter los pies en el mercado de automoción. Lo mismo le ocurre a Igor Alcerreca, aficionado al sector y, por ende, visitante prácticamente fijo desde que esta cita aparcó en la ciudad del Besaya. Ayer, él y su pareja, Argentina López, se acercaron desde Requejada para ojear la muestra. Esa «buena oferta» a la que ambos hicieron referencia se ha enriquecido más que nunca este año, con la llegada de una selección especial de vehículos industriales ligeros, comerciales y furgonetas de stock.

Catálogo de coches al margen, el Salón del Motor de Cantabria viene ganando cada vez más pujanza dentro de este sector concreto de la automoción, máxime desde que los asuntos de geopolítica internacional no paran de poner palos en las ruedas a las empresas. Sumada a las secuelas del covid y la situación de la economía, esta situación ha propiciado que el vehículo de ocasión esté «en estos momentos en auge», como ponderó ayer el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, agradecido a la celebración de una cita que «tanto gusta y que tantas expectativas genera» entre los visitantes.

La organización lo sabe y coincide con esa idea. Porque no sólo es un «evento importante» sino una cita con «mucho retorno», como avaló la presidenta de Asecove, Natalia de los Arcos, antes de señalar los «precios excepcionales» y la amplia gama de vehículos que, «dependiendo de las necesidades del cliente», se oferta hasta el domingo en el exterior del Mercado de Ganados, en horario de 11.00 a 20.00 horas y con entrada gratuita. «Un ejemplo de lo que tiene que hacerse», elogió el director general de Industria, Daniel Alvear, confiado en que la cita pueda servir de «estímulo a la cifra de ventas de este sector».

Otros de los motores que puede servir de acicate dentro del evento, impulsar las visitas en el ferial y, con ellas, un retorno de carácter social en esta cita es la comida solidaria de este sábado, que tendrá como protagonista una paella de grandes dimensiones. Al margen del escaparate de vehículos, la Asociación de Concesionarios Oficiales de Vehículos de Cantabria convoca a los vecinos y visitantes de la ciudad a esta iniciativa, impulsada a beneficio del Banco de Alimentos.