El extraño suceso de Torres

Leyendas de aquí ·
Varios testigos aseguraron en 2013 haber visto unas luces sobre la gasolinera de una pedanía de Torrelavega

Aser Falagán

Santander

Sábado, 3 de septiembre 2022, 07:37

Sucedió ya de noche. Cuatro amigos regresan a Torrelavega, uno de ellos camino de Ganzo. El coche baja por la nueva variante de Suances, la que atraviesa Reocín y Villapresente, cuando sus ocupantes ven unas refulgentes luces anaranjadas en el horizonte. Hacen fotos con los móviles, pero sus cámaras solo captan una imagen empastada del cielo nocturno, sin conseguir registrar lo que sí observa el ojo humano, entre inquieto y asustado, en medio de la oscuridad.

Con el flash el asunto no mejora, así que deciden seguirlas con la mirada, cada vez más cercanas, hasta llegar a la gasolinera de Torres, donde de pronto observan que ya las tienen encima. Cuando se detienen a repostar, dos de ellas pasan de largo y se difuminan, pero una tercera advierte la maniobra y se queda girando sobre el vehículo durante unos segundos. Les parecieron horas. Lo de seguir la luz, el objeto o lo que fuera aquello había sido una mala idea.

Sobrecogidos, apenas aciertan a reaccionar. Ya ni siquiera tienen ganas de hacer fotos, sino de que todo aquello se termine. Aunque el tiempo se hiciera eterno, en realidad fueron solo eso; unos segundos. Los necesarios para que la tercera luz se extinguiera antes de fundirse también con la noche y respiraran al fin con alivio, aunque sin explicación para lo que acababan de ver. Miran alrededor. Pese a las horas aún hay gente por la calle y han visto lo mismo. Nadie tiene explicación.

Las luces eran al parecer pequeñas; apenas del tamaño de una pelota de golf o algo mayores, pero su intensidad era tal que se las reconocía perfectamente hasta que las perdieron la pista, escondidas entre las nubes y la noche. Lo hicieron justo sobre la gasolinera, el lado del cartel de carretera que marca una distancia de un kilómetro y medio a Puente San Miguel.

«Eran tres luces, en fila, de un tono anaranjado, que venían de Puente San Miguel en dirección Torrelavega. Las dos primeras pasaron de largo, pero la tercera se paró sobre la gasolinera y los tres segundos que estuvo girando sobre nosotros nos parecieron una eternidad». Así se lo contó uno de los testigos, Ariadna García, a la periodista Rosa Echevarría, que lo publicó pocos días después en El Mundo Cantabria.

También se lo contó a otra periodista Carlos Hermosa, entonces concejal de Torrelavega. Conscientes de lo insólito de la historia, estaban tan seguros de lo que habían visto que no les importó desvelar su identidad. Al fin y al cabo, no eran los únicos que habían observado algo extraño en el cielo torrelaveguense. Las periodistas supieron después que otros testigos parecían haber visto lo mismo. Nadie hablaba, de todos modos, de un ovni, sino sencillamente de unas extrañas y llamativas luces en el cielo.

Se llegó a rumorear, incluso, que tras conocerse el suceso la Guardia Civil trató de revisar las imágenes de las cámaras de seguridad de la estación de servicio, pero por algún motivo no funcionaban o no se había registrado el vídeo. Un detalle más para aportar un poco más de misterio al asunto.

No ocurrió exactamente así. En realidad fue otro periodista, Juan Gómez, especialista en un mundo del misterio que ha convertido en una de sus especialidades, quien lo descubrió. Según narra en 'Cantabria incógnita y misteriosa', después de que Hermosa le pusiera al día sobre el asunto y con los acontecimientos todavía muy recientes, se desplazó con él a la zona para hablar directamente con los testigos y empleados de la gasolinera. Algunos de ellos le confirmaron la historia, otros le dijeron no haber visto nada y de pronto cayó en la cuenta de que había cámaras de seguridad.

Sin embargo, cuando consigue convencer al encargado de que le dejara revisarlas comprobaron que por algún motivo las imágenes de aquella noche, solo las que aquella noche, no se habían registrado. El resto de los datos y vídeos –narra– estaban intactos en el disco duro.

Sí que consiguió visionar, según relata en el capítulo dedicado a aquellos acontecimientos, los de la cámara del local de enfrente, en los que comprobó que efectivamente se veían unas llamativas luces justo a la hora de la que le habían hablado desde un primer momento, poco antes de medianoche, aunque nada concluyente.

De aquello no se volvió a hablar, pero todavía se recuerda el episodio, como en Puente San Miguel aquellas extrañas luces y la figura luminiscente que unos hermanos aseguraron haber visto en 1978 en Puente San Miguel, a alrededor de un par de kilómetros de donde se perdieron las de Torres.