La falta de riego este verano acaba con cien árboles y arbustos recién plantados en Torrelavega

Castellano y Rodríguez han mostrado a El Diario Montañés cómo la mayor parte de los 36 arbustos plantados en una de las aceras construidas recientemente en la avenida Fernández Vallejo, cerca de los centros escolares de Viérnoles, «se han muerto por la desacertada elección de la especie -acebo- y la falta de mantenimiento». En algunos casos, lo «único verde» que tienen es la maleza que ha empezado a crecer en los alcorques.

En un rápido recorrido por la ciudad, los portavoces de Torrearboleda también destacan la presencia de varias hayas que fueron plantadas la pasada primavera en la ronda de circunvalación (Bulevar Ronda), a la altura del campo de fútbol de El Malecón, y que ahora están sin hojas y «casi muertas o muertas». «Algunas brotarán la primavera que viene -explica Castellano-, pero el crecimiento de este año le habrán perdido. Hay otras que están secas desde hace años y nadie las hace caso».

Cerca de allí, en el Paseo Julio Hauzeur, hay varios carpes columnares recién plantados que han corrido la misma suerte: «Hasta el jardinero más torpe sabe que el primer verano es clave y que hay que regar, especialmente si viene seco. Son ejemplares de cinco o seis metros de altura que cuestan un dinero». Castellano y Rodríguez ponen como ejemplo del «poco esmero» en la plantación de estos árboles que «ni siquiera les han quitado la etiqueda del vivero; es como si haces un regalo y no quitas el precio».

También critican que hay evidencias en esa zona de la «falta de criterio» con la que se actúa. «Son carpes plantados sin ton ni son. ¿Dónde está el Plan Director del Arbolado y todos esos planes que se anuncian una y otra vez?», se preguntan. A pocos metros, cerca del IES Miguel Herrero, señalan otras anomalías en la zona verde: «Ves esos boj, están muertos desde hace años».

En otro punto del Bulevar Ronda, en Sierrapando, ocurre algo parecido con numerosos ejemplares de coníferas. Y en otro tramo más adelante, ya en Tanos, señalan ciruelos japoneses que «las están pasando canutas». Unos están secos y otros enfermos. Los portavoces de Torrearboleda se quejan también de lo que ocurre en la zona ajardinada de la avenida Fernando Arce, creada cuando se remodeló el vial hace varios años: «Se vendió como que iba a ser una pradera floral y ya la ves, se ha convertido en un herbazal seco».

En una esquina del parque Manuel Barquín, junto al parque infantil cubierto, Castellano y Rodríguez muestran más árboles muertos «desde hace meses» y otros que «han sido tan torpes que ni siquiera han sido capaces de reponer la misma especie». Las labores de mantenimiento también brillan «por su ausencia» en los céntricos jardines de Pequeñeces, junto a la Oficina de Turismo, donde destaca la presencia de varios arbustos convertidos en «zarzales». «Si esto ocurre en el corazón de la ciudad, qué no ocurrirá en la periferia», se preguntan en Torrearboleda.

Preguntado por estas cuestiones, el concejal de Medio Ambiente, José Luis Urraca, indica que este año se han plantado más de 200 árboles y que Cantabria ha sufrido «la mayor sequía desde que hay registros, tres olas de calor y a pesar del riego extraordinario que se ha llevado a cabo, se han perdido algunos ejemplares que se repondrán a finales de año». En cuanto a la especies, señala que «cada técnico tiene su criterio». Respecto a lo que ocurre en Pequeñeces, afirma que se va a hacer una «pequeña remodelación» en las próximas semanas.