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Javier Gangoiti
Torrelavega
Viernes, 16 de septiembre 2022, 07:02
Son al menos cerca de diez familias las que coinciden en señalar las «carencias graves» de la actuación. La obra de asfaltado y mejora del firme que el Ayuntamiento de Torrelavega, vía Senor, viene acometiendo frente a sus puertas del barrio San Lorenzo (Campuzano) desde ... hace cinco meses está siendo un «despropósito». Y no porque sean molestas, haya más polvo en la zona o las máquinas hagan ruido. Los afectados lamentan una «falta de seguridad evidente» en el vecindario desde que se iniciaron los trabajos. Para muestra, la «zanja» que permaneció «abierta durante tres semanas» a dos pasos de uno de los hogares, el «apagón» del alumbrado público que el vecindario viene sufriendo desde hace «tres meses» o la privación de un «acceso seguro» a sus domicilios, sin «ni siquiera una tabla de madera» colocada sobre la grava.
Esto último lo ha sufrido en primera persona la madre de Ana San Román, de 78 años, «recluida» en casa y sin más remedio que pedir ayuda a sus familiares cuando quiere ir a la farmacia o hacer algún recado. «Ayer mismo se pudo caer otra señora», asevera su hija, testigo de unos «parones», «cambios constantes» en el proyecto y, sobre todo, una «inseguridad» que ya se ha traducido en un escrito de reclamación en el buzón del Consistorio. Esa misiva, en la que califican la situación de «insostenible», es el primer paso que está dispuesta a tomar si la concejalía de Obras no toma medidas efectivas de inmediato para revertir esta situación. «Esto no tiene sentido»
Si esas «medidas de seguridad» no afianzan la zona, de hecho, estudia demandar al Ayuntamiento y defender la presencia de esas «carencias» en los tribunales de Justicia. Entre tanto, pasear o salir de casa «es un riesgo para todos, ni decir ya por la noche», como compartían este miércoles tanto San Román como otra vecina, Eva María Zurrón, ambas indignadas con el desarrollo de unas labores que, aunque llamadas a dar un lavado de cara al vecindario, sólo están generando preocupación e incertidumbre entre sus residentes. Además de «interminable», insisten, «carece de las más mínimas medidas para evitar un accidente».
Como la carta, las palabras de estas vecinas apelan directamente al responsable de Obras en el Consistorio municipal, José Manuel Cruz Viadero. Preguntado por estos episodios, el primer teniente de alcalde garantizó que la normativa se cumple no en ésta sino en «toda obra pública» que se impulsa desde la Administración. «Es obligatorio», respondió ayer el edil, antes de recordar la figura del «coordinador de riesgos laborales» y señalar que «la seguridad» durante la ejecución de este tipo de «trabajos es lo más importante». Dicho esto, restó importancia al descontento, al menos cuantitativamente hablando: «Sabemos que hay quejas, pero no son mayoritarias».
Otro de los asuntos que genera intranquilidad entre los propietarios afectados y que Cruz Viadero insistió en negar son los «cambios constantes» que viene sufriendo el proyecto desde que se puso en marcha hace cinco meses. «Un día, nos dicen que van a hacer una cosa; al siguiente, otra», lamentaba San Román, una de las voces que encarna el desconcierto cada vez que alguno de los damnificados se interesa en conocer el esquema de esta actuación.
Y no es la única. Otro afectado –que prefirió no facilitar su nombre– viene enumerado todos esas posibles variaciones, haciendo un seguimiento con luz y taquígrafos de todos los 'hitos' de la obra, incluidos los encuentros que han mantenido con el Consistorio –desde el concejal de Seguridad, Pedro Pérez Noriega;hasta el de Barrios, Borja Sainz–. Uno de los puntos en ese folio, con fecha del 26 de agosto, resalta: «Paralizan la acera dejando las entradas inutilizadas».
Cruz Viadero niega la mayor. «No se ha modificado ni ha habido revisiones», aclara, seguro de los criterios de la actuación. «Se puede hacer largo, eso lo entiendo, pero los plazos no se basan en una decisión política sino en lo que los ingenieros redactan y estiman sobre la duración de la obra», explicó el edil, responsable político de una obra llamada tanto a «mejorar la zona y la calidad de vida de los vecinos» como a «recuperar un entorno degradado y dotar de nuevos servicios» a los vecindarios.
La ausencia de uno de ellos, el de la luz –que aviva las críticas debido a la oscuridad que se cierne sobre la calle pasadas las ocho de la tarde–, sí fue reconocida por el concejal. «Necesariamente durante algunas semanas no habrá alumbrado, porque se cambia la infraestructura eléctrica. Toda obra ocasiona algunas molestias».
Esas explicaciones no bastan al coordinador de Vox en Torrelavega, Roberto García Corona. Desde que mantuvo un encuentro con los afectados, el responsable ha pasado a ser un testigo más de los «graves problemas» a los que se enfrentan estos torrelaveguenses del barrio San Lorenzo. «Las obras de urbanización han dejado el acceso a pie en lamentables condiciones», manifestó, antes de lamentar la ausencia de acceso rodado y, sobre todo, tanto el «desprecio» como la «indiferencia» de un equipo de gobierno que ha dejado «abandonados» a estos vecinos.
Declaraciones al margen, lo que el concejal de Obras, José Manuel Cruz Viadero, sí quiso dejar claro es que visitará las labores este próximo lunes para ser testigo en primera persona del estado que presenta la zona. Ese día, el primer teniente de alcalde acudirá al barrio San Lorenzo acompañado por el director de obra municipal, el coordinador de Seguridad y Salud y el representante de la empresa adjudicataria, según avanzó el propio Viadero a El Diario. Será esta próxima semana también cuando las labores aligeren el ritmo. Esa es al menos la previsión que maneja el edil: «Se avanzará bastante».
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