El Gobierno elige la vía más conservacionista para La Viesca y limita los usos recreativos al 25% del parque

Vean el plano adjunto a esta información. Esa faceta más abierta a las actividades recreativas queda acotada a 194.000 metros cuadrados, el 24,5% del terreno. Los cerca de 594.400 restantes, por su parte, integran los otros dos usos previstos: un 55,2% para los de conservación, llamados a mantener o, en su caso, recuperar los enclaves más valiosos de La Viesca; y otro 20% restringido a los forestales, un límite que atañe a los eucaliptos que enriquecen la zona y que, en cualquier caso, no contempla más actuaciones que las destinadas a mejorar la calidad ecológica de este ámbito. Dicho de otra manera, el parque queda a salvo de toda actuación que pudiera considerarse 'agresiva' -con muchas comillas- en tres cuartas partes del suelo.

Aquí hay que dejar claro algo importante. Normas y zonificaciones al margen, La Viesca está protegida desde que fue calificada Área Natural de Especial Interés en 2016 y, en cualquier caso, la Consejería reduce los llamados usos recreativos a carriles bici, lagunas artificiales, la celebración de visitas educativas o, como mucho, la creación de algún talud. Ninguna de esas tareas o actividades podrá poner en riesgo el objetivo esencial que inspira la ANEI: garantizar la conservación del espacio. Por encima del disfrute de los vecinos o la accesibilidad, eso es lo que siempre debe prevalecer.

La división de espacios acordada entre las tres administraciones se remonta a la primera propuesta que la Consejería puso sobre la mesa el 18 julio de 2018 -el segundo decreto, el descartado, saldría el 10 de diciembre de 2019-. Desde entonces han pasado cuatro años de trámites, reuniones y también protestas, muchas, por parte de algunos vecinos y asociaciones naturalistas volcadas en acelerar el blindaje de La Viesca lo máximo posible.

Como director general de Medio Ambiente, Antonio Lucio es uno de los máximos responsables autonómicos que mejor puede relatar esta odisea, un bosque de procedimientos, autorizaciones y revisiones enzarzado por las garantías y un año 2020 -y medio 2021- que quedó en «punto muerto» por la pandemia. «A todos nos gustaría que vaya más rápido, pero lo que queremos es asegurar la plena seguridad jurídica de la protección», declaró ayer Lucio, satisfecho tras lograr el «pleno consenso» de unos ayuntamientos que coinciden en sus conclusiones.

Así se mostraban ayer. «Cuanto antes aprobemos las normas, antes podremos avanzar en una gestión más moderna y eficaz de este importantísimo entorno», expresó el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada; «queremos que el parque vuelva a su estado original y exigimos que se aprueben cuanto antes», subrayó por su parte el alcalde de Cartes, Agustín Molleda. Mientras, el concejal de Medio Ambiente en la capital del Besaya, José Luis Urraca, se mostró confiado en que la tramitación «sea ágil».

Aunque el Ejecutivo regional y los municipios ya han distinguido las zonas, las normas de protección de La Viesca, el documento debe superar el informe ambiental y pasar después a manos del Consejo de Gobierno, que se encargará de aprobar las normas definitivamente antes de que termine la legislatura, tal y como ya informaron fuentes de la Consejería a principios de otoño.