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Basta con coger el coche y atravesar Barreda con cierta frecuencia para saber que las caravanas son un mal endémico en esta zona de la comarca. La carretera N-611 es un verdadero dolor de cabeza para los conductores, que rara vez pasan de la ... segunda marcha por culpa de las retenciones y una vía que hace décadas dejó de dar abasto ante el tráfico que circula en las inmediaciones de la capital del Besaya. En los últimos años, esa congestión se fue traduciendo en un clamor entre los vecinos de la localidad, tan hartos de esa rutina como escépticos ante las promesas políticas alrededor de la solución: la sonada carretera entre Viveda (Santillana del Mar) y Duález. Desde este jueves, el Gobierno concede hechos; no sólo palabras.
Las maniobras de una excavadora para abrir camino al tramo, en su extremo torrelaveguense, revelan ya el inicio de las obras para que este proyecto sea una realidad en dos años –según han comprometido Obras Públicas y la adjudicataria SIEC–. Todos esos detalles, sus 7,2 millones de presupuesto y su itinerario a lo largo de 2,2 kilómetros han sido especificados durante una jornada celebrada en el Complejo Deportivo Oscar Freire y que, conscientes de los anhelos que el plan viene generando, pocos representantes se han querido perder. «En dos años veremos que es una realidad», ha garantizado el presidente, Miguel Ángel Revilla; «mejorará la situación de todas las carreteras de la comarca», ha asegurado el consejero del ramo, José Luis Gochicoa; «esto es una muestra del esfuerzo del Gobierno», ha agradecido el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada; «un trabajo importante para todos nuestros vecinos», ha celebrado su homólogo en Santillana, Ángel Rodríguez; «un día importante para la comarca», ha coincidido el teniente de alcalde, José Manuel Cruz Viadero. Hasta el consejero de Industria, Javier López Marcano, ha querido estar presente: «Obra de legislatura».
Caras políticas al margen, el acto ha hecho especial hincapié en subrayar la dedicación y el empeño de dos de las entidades que han encarnado esta demanda social en los últimos años, desde la asociación vecinal El Salvador hasta la de Barreda. El presidente de la primera, Manuel Ortiz Pascual, ha recibido una placa distintiva en ese sentido –por su parte, su homólogo en el otro colectivo, José Gómez, no ha podido asistir a la jornada–.
Presentes o no, los problemas que estos representantes vienen manifestando en su actividad asociativa impregnaron de lleno el contenido de los discursos de ayer. La nueva conexión entre Viveda y Duález no será una vía más en el mapa de carreteras de Cantabria, sino un balón de oxígeno fundamental para aliviar los atascos de la N-611. Los políticos y el resto de los vecinos padecen los mismos baches cuando agarran el volante. «Es un tormento pasar por ahí», ha reconocido Gochicoa, optimista con el diseño de una carretera que, con sus pasos peatonales y carriles bici, representan «el futuro de la comarca» y unas comunicaciones propias «del siglo XXI». El número dos en el Ayuntamiento de Torrelavega, Cruz Viadero, también ha apelado a esas sensibilidades cuando ha reconocido el «grave problema de trafico» que padece Barreda, una congestión de vehículos que, además de retrasos, «también ocasiona contaminación». Justo después, tanto el presidente Revilla como el regidor de Santillana han hecho un ejercicio similar alrededor de este día a día marcado por la alta densidad de vehículos. «Torrelavega es muy complicado de articular vialmente. Por aquí pasan todos», ha expresado el primero; «esta nueva vía proporcionará un acceso a Sierrallana más directo a mucha gente», ha celebrado el segundo.
La consejería de Obras Públicas no ha elegido cualquier recorrido para adaptar el proyecto a las características de este entorno de la comarca. El departamento de Gochicoa ha decidido dividir la actuación en dos tramos distintos. Pueden coger un mapa y seguir el itinerario: el primero partirá desde la carretera CA-131, en Viveda y pasará a aprovechar el trazado del antiguo ferrocarril –paralelo al río Saja– hasta llegar a la parte norte de las instalaciones de Sniace. Una vez aquí, una rotonda resolverá el acceso al núcleo de Duález.
Por su parte, el segundo tramo discurrirá a través de las dependencias de la antigua química hasta otra nueva glorieta llamada a canalizar el tráfico procedente de Torrelavega y de la autopista A-8, situada entre el acceso a la fábrica y el complejo deportivo Óscar Freire. Ya aquí, el vial continuará en paralelo hasta enlazar con el Puente de los Italianos –que también será reformado– y conectar con la carretera nacional N-634 en Barreda. Son poco más de dos kilómetros de carretera, pero están llamados a descongestionar una parte muy importante del tráfico que hoy sufre esta localidad.
Dentro de dos años, aquellos que opten por la nueva variante circularán por una carretera que, a juzgar por los detalles facilitados por la empresa y el Gobierno, contará con dos carriles –de 3,5 metros de anchura–, arcenes y sobreanchos en determinadas curvas. Volviendo a esa faceta más orientada a la movilidad sostenible que rescató el responsable de Obras Públicas, el tramo contará también con un itinerario mixto peatonal-ciclable de tres metros de ancho, en la margen izquierda; así como con una acera de dos metros en la derecha orientada a garantizar la seguridad de los viandantes y ciclistas que la utilicen.
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