Borrar
Amnistía Internacional rodea el Congreso con fotografías de personas refugiadas para que las autoridades tengan que encontrárselas allá donde vayan. EFE
«Me gusta España porque es como Siria antes de la guerra»

«Me gusta España porque es como Siria antes de la guerra»

Nour Khallil es uno de los 77 refugiados acogidos en Torrelavega junto a su mujer y su bebé. Se sienten afortunados porque saben que España sólo ha acogido a una décima parte del cupo comprometido

Leticia Mena

Santander

Martes, 26 de septiembre 2017

A los políticos europeos les han importado muy poco los refugiados. No es una valoración. Es un hecho. La UE solicitó a España que reubicara a 17.337 solicitantes de asilo, pero hasta la fecha sólo han llegado 1.983. Y la fecha es importante porque este martes terminaba el plazo marcado y nuestro país sólo ha acogido a algo más de una décima parte del cupo comprometido, lo que ha provocado las críticas a su gestión de las ONG y oposición.

«La Unión Europea es incapaz de cumplir sus compromisos de mínimos y apenas mueve un dedo para que el Mediterráneo deje de convertirse en una fosa común cada vez más grande», ha denunciado el Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR).

El Centro de Inmigrantes de Torrelavega, gestionado por la Cruz Roja, da cobijo a 77 refugiados. Allí esperan terminar el año con 96 plazas asignadas. Algo es algo, pero estas cifras se alejan y mucho de las palabras acordadas.

Las voces que gritan que la situación no es justa se repiten desde todos los ámbitos. La jurista de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) Paloma Favieres ha criticado que algunos rechacen a los inmigrantes con el argumento del temor al terrorismo: «Ha ido calando el discurso del miedo». Desde esta institución piden al Gobierno que, pese a que el plazo de acogida termine, «su obligación de recibirlos no prescribe».

Organismos como Cruz Roja de Torrelavega son los que más se han esforzado por cubrir las necesidades de los refugiados. . Nour Khallil, por ejemplo, es uno de los sirios que viven en la capital del Besaya. «Me gusta España porque es como Siria antes de la guerra», dice sabiéndose afortunado de que aquí, hace ya diez meses, empezó de cero una nueva vida.

Khallil tiene 20 años y era peluquero en Alepo (Siria) hasta que la guerra le obligó a huir en enero de 2016 junto con su mujer Maram -de 17 años- y su hija Nadya, que entonces tenía solo seis meses de vida. Caminaron durante días hasta llegar a Turquía. Allí se subieron a un coche y después cruzaron en una barcaza hasta la costa griega, donde vivieron en un campamento durante nueve meses junto a otros miles de compatriotas. Fueron afortunados porque aunque tuvieron que esperar, fueron reubicados en España y se les asignó el centro de Cruz Roja en Torrelavega. Ahora viven en un piso. Aquí, por fin, está bien.

Sólo una décima parte

Su caso es casi excepcional, porque España sólo ha acogido una décima parte del cupo comprometido. Khallil recuerda que pidió para él y su familia que les trajeran a España, a pesar de que su padre y su hermano están en Alemania.

«Nadya ya va al colegio y ahora está bien», dice aliviado tras recordar con dolor cómo durante su estancia en Grecia, la pequeña estuvo meses en el hospital porque «apenas pesaba cuatro kilos con algo más de un año». Y es que los primeros meses de la pequeña fueron muy duros. La guerra, el mal estado del agua y de la comida les restaron salud, pero tienen ganas de olvidar el pasado y mirar hacia adelante.

Ahora, este joven sirio busca trabajo como peluquero, su oficio. En el futuro, le gustaría abrir su propio centro de estética junto a su mujer Maram, que ha estudiado maquillaje. De momento viven con la ayuda de Cruz Roja para pagar el alquiler y la comida, pero quieren trabajar.

Volver a Siria no es una opción que barajen ni ahora ni «dentro de 20 años tampoco» porque, con pena asegura que «la Siria de antes tardará unos 50 años en volver».

En Cantabria están muy contentos, se sienten integrados y los vecinos les están ayudando mucho. Ya llevan aquí diez meses, el tiempo suficiente para saber que quieren vivir aquí. «El clima nos gusta y la comida también, aunque es diferente», explica.

Como él hay otras 76 personas bajo el paraguas de Cruz Roja en Torrelavega. Si todo va bien, a final de año serán 96. 96 historias de personas rotas que buscan empezar de cero y vivir en paz.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes «Me gusta España porque es como Siria antes de la guerra»