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Muchas lágrimas, abrazos, caras de tristeza y emoción contenida, silencios solo rotos por aplausos. El IES Besaya tributó este miércoles un sentido homenaje póstumo a Carlos Cubillas, que fue alumno del instituto durante seis cursos. 'Cubi', como le conocían cariñosamente, de 21 años y ... vecino de Polanco, falleció el pasado mes de febrero en la estación de tren de Boo de Piélagos, tras ser agredido de madrugada por dos jóvenes a los que la Fiscalía de Cantabria ha imputado un delito de homicidio. Al emotivo acto en el centro educativo acudieron más de un centenar de personas, entre familiares, antiguos compañeros y profesores, amigos y autoridades.
'Cubi' dejó huella en el IES Besaya por su buen comportamiento. Tras estudiar la ESO, realizó un grado básico de Formación Profesional de hostelería. Desde este miércoles, el aula-comedor del instituto lleva su nombre. Así figura en la placa que descubrió su madre, Raquel, rota de dolor. También destaca en ella una de sus frases favoritas, 'Aprender es descubrir que algo es posible', y su firma, 'Posa', que hace referencia a Posadillo, su pueblo. El sencillo acto incluyó también la reproducción de uno de sus grafitis en una fachada del instituto. Fue pintado por unos amigos y también refleja su firma, la misma que han reproducido en camisetas y sudaderas algunas de las personas que más le querían.
«Fue un chaval que se dejó ayudar y al que querían profesores y compañeros», señaló el director, Ricardo Pastor, quien recordó que en el instituto se trabaja para lograr un mundo «más justo y en paz». El hermano mayor, José Manuel, muy emocionado, leyó una carta en su móvil explicando «quien era Carlos».
La regidora de Polanco, Rosa Díaz, que asistió como «alcaldesa, vecina y amiga de la familia», tampoco pudo ocultar su emoción: «Me parece un gesto muy bonito por parte del instituto en el que se formó, porque era muy buen chaval». Díaz adelantó que su Ayuntamiento también le tributará un homenaje: «Ya lo hemos hablado con la familia y nos lo piden también sus amigos».
El equipo directivo del IES Besaya, impulsor de la iniciativa, quiso dejar clara su opinión a través de una nota pública: «Educar para la paz es propiciar el desarrollo de habilidades y la adquisición de herramientas que permitan a las personas y a los pueblos convivir de forma pacífica, o lo que es lo mismo: vivir sin violencia. Este proceso lleva implícito la asimilación de valores como la justicia social, la igualdad, la cooperación, la solidaridad, el respeto y la autonomía».
«Una manera efectiva, por lo tanto –explicó–, de llegar a ser ciudadanos y ciudadanas comprometidos con el cambio social y la construcción de la paz, es a través de la promoción y el desarrollo de un sistema educativo que institucionalice la educación para la paz en la vida de los centros escolares. Nosotros intentamos transmitir eso a nuestro alumnado, incluido Carlos».
El equipo directivo añadió que la educación en valores del alumnado del centro es un compromiso asumido por todo el profesorado, que entiende que en su trabajo no basta con transmitir conocimientos o proporcionar destrezas relacionadas con los saberes académicos: «Es tarea de todos contribuir a un mundo mejor, más pacífico y más solidario». Finalmente, hizo hincapié en la reproducción de uno de los grafitis de 'Cubi' y en la concesión de su nombre al aula-comedor, lugar donde «pasó muchas horas, se formó como ciudadano responsable y encontró unas de sus pasiones para ser un gran profesional».
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