López Estrada reedita la Alcaldía en Torrelavega para «terminar los proyectos transformadores»

Las primeras, las del alcalde, recién investido. «Vamos a trabajar para mejorar nuestra ciudad, la calidad de vida de los torrelaveguenses y para que el próximo alcalde, en 2027, se encuentre una ciudad mejor», se ha propuesto, después de agradecer su apoyo a los concejales y, sobre todo, a una ciudadanía que le ha dado esta «segunda oportunidad para terminar los proyectos transformadores», esos que, ha dicho, «necesitamos terminar para hacer de Torrelavega una ciudad mejor».

Esa venía siendo una máxima en toda la campaña y tras la noche electoral. Terminar lo empezado. Soterramiento, La Lechera, el Conservatorio... El desenlace de todas esas tareas lo asume ahora con el mismo socio de gobierno, aunque en un panorama distinto al que arrojaron las urnas en 2019. Aquella vez, la primera que ascendió a la Alcaldía, acababa de ganar los comicios y obtener el mejor resultado histórico de su partido en la ciudad, espoleado también por el momento de gracia del PRC; hoy, reedita ese mandato sin ese empuje autonómico y una caída de votos pese a la cual ha logrado obtener el segundo mejor puesto de sus siglas en la capital del Besaya.

Javier López Estrada ya venía siendo un nombre recurrente en la lista de activos más importantes del PRC desde antes de las elecciones; tras el 28M, y, sobre todo, desde este sábado, ese papel se ha consolidado. Y eso que la aritmética no estuvo clara hasta una semana después de las votaciones. El pasado 2 de junio, cinco días después de acostarse con seis concejales y en contexto a caballo entre la resaca electoral y el inicio de las negociaciones, el PRC sumó un séptimo edil decisivo tras la revisión de un error en una mesa.

Si no hubiera sido por ese edil de última hora, regionalistas y socialistas tendrían que haber necesitado el apoyo de otra fuerza;ayer, sin embargo, el bipartito PRC-PSOE se bastó. Y ese acuerdo coloca a José Luis Urraca como segundo de gobierno. El líder de los socialistas, sucesor e hijo político de un José Manuel Cruz Viadero que, ya jubilado, estuvo presente entre el público, ha avanzado cuáles son algunas de sus metas:«Hacer realidad los sueños de tanta gente y especialmente los de quienes sólo tienen a la Administración para salir adelante. Hoy comienza una etapa de esperanza. Porque muchos ciudadanos desean que las condiciones de vida y empleo, la posibilidad de abrir un comercio o iniciar una empresa mejoren».

Su desempeño en las elecciones se ha traducido a una tercera posición inédita para los socialistas, pero el entendimiento de estos con los de López Estrada ha sido mucho más fácil que con el del PRC con el PP. La línea roja excluyente sobre la Alcaldía ha convertido al PSOE, un socio conocido y con el que el regionalismo viene gobernando en la ciudad desde hace diez años, en una alternativa sencilla. Para muestra, el reparto de áreas consumado tras el pacto, casi idéntico al del último mandato.

Por eso las palabras que Miguel Ángel Vargas (PP) iba a pronunciar este sábado eran interesantes. «Asumimos esta responsabilidad, en este caso, a la vista de esta sesión, en la oposición. Pero una digna oposición, que vamos a ejercer con muchísimo trabajo y responsabilidad por el bien de la ciudad. Vamos a mantener la mano abierta para todos aquellos proyectos que sean por el bien de la ciudad. No vamos a mirar los colores políticos, pero tampoco vamos a ser permisivos con aquello que entendamos que no es correcto». El líder popular ya avanzó, tras el pacto entre PRC y PSOE la semana pasada, que de aquí a los próximos cuatro años ejercerían la oposición más dura y estricta que se recuerda en Torrelavega. Este sábado, y a pesar de esa mano tendida, ha avanzado su firme intención de fiscalizar y controlar a los gobernantes. «Es un mandato que nos han dado los ciudadanos como la lista más votada y vamos a generar que la forma de gestionar este ayuntamiento se cambie».  

El «honor» de la representación pública estuvo presente en todas las intervenciones y adquirió un cariz especialmente solemne en el turno de los grupos de la oposición: desde la de Roberto García Corona (Vox) -la primera intervención de su partido en un escaño del Ayuntamiento de Torrelavega-, una apelación directa a la Corporación para que «cada decisión o iniciativa esté únicamente dirigida a mejorar la calidad de vida de los vecinos y a la defensa del bien común de los torrelaveguenses»; la de Gómez Morante (Torrelavega Sí), dispuesta a «sumar» y consciente de la «oportunidad» que supone este cargo para «cambiar la vida de los vecinos y trabajar en un desarrollo» que Torrelavega «merece»; hasta la del portavoz de IU-Podemos, Borja Peláez, decidido a construir «un futuro para la gente, para los animales, el planeta» y, sobre todo, «no dejar a nadie en el camino».