Los jueces paralizan el plan del parque acuático de Sierrallana, el proyecto estrella de Torrelavega

La Sala de lo Contencioso Administrativo ha sido meridianamente clara en la resolución y ha parado los pies a la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (Crotu), la entidad autonómica –dependiente de la Consejería de Obras Públicas– que en septiembre de 2021 autorizó la construcción del famoso 'aquapark'. Según el fallo, las características del parque no tienen encaje en el planteamiento urbanístico de la zona, «un sistema general deportivo»considerado «suelo rústico ordinario» en el Plan General de Ordenación Urbana(PGOU) vigente, el de 1986. En dicha parcela podría construirse un «proyecto de interés social», pero no el espacio de ocio y turismo con el que desde hace años vienen soñando diferentes responsables del equipo municipal y el Gobierno cántabro, sobre todo en el ala regionalista de la coalición.

El planteamiento obsoleto del plano de la ciudad, inmerso en un exasperante proceso de actualización desde hace veinte años, vuelve a ser el problema de los planes del Ayuntamiento de Torrelavega. La instalación acuática a la que PRC y PSOE vienen dando alas en los últimos años no tiene cabida en el eucaliptal de Sierrallana. El resumen del magistrado es demoledor: «Un parque con piscinas, toboganes y barranquismo como negocio turístico no puede autorizarse en una parcela calificada como sistema general de uso deportivo». Porque no se puede construir cualquier cosa en cualquier sitio. Y lo pretendido por Torrelavega, un proyecto turístico calificado como «un oasis de ocio y aventura ambientado en el Paleolítico», no es una excepción.

Al margen de las pocas palabras del alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, que remitió las reacciones al estudio de la sentencia y al posible –no seguro– recurso de casación, este miércoles no fue exactamente un día de caras largas en toda la ciudad. Lo que es un varapalo tremendo para el ámbito de la coalición de gobierno, para otros responsables y agentes sociales es una de las mejores noticias del año. Los mensajes de enhorabuena pasaron por muchos móviles, empezando por las entidades que recurrieron ante el Tribunal Superior de Justicia, antiguos miembros de la Corporación que ya venían avisando sobre las lagunas del proyecto y acabando por más de un colega del equipo de gobierno. Porque, aunque públicamente nunca han renegado de la iniciativa, en el PSOE hubo dudas desde el principio.

Al contrario que estos, el secretario general de la asociación ecologista ARCA, Carlos García, y el portavoz de ACPT, Iván Martínez, nunca titubearon ni dudaron en manifestarse en contra del macroproyecto del 'aquapark' ni las maniobras para darle cabida en el ordenamiento urbanístico de la capital del Besaya. La admisión del plan al amparo del artículo 116 de la anterior Ley del Suelo de Cantabria –pensada más para viviendas unifamiliares, dotaciones deportivas o espacios rurales más que para grandes parques acuáticos inspirados en el arte paleolítico– suponía un atropello intolerable para los recurrentes.

«El procedimiento que autorizó la Crotu era un auténtico coladero para los proyectos de ocurrencia y oportunidad política del gobernante», declara García. «La Crotu ha perdido toda la credibilidad. Un macroparque es una barbaridad. Esta sentencia logra parar los pies a los Marcano, al padre y al hijo», enfatizó Martínez, antes de apelar al «sentido común» y celebrar el fallo de la sentencia.

ARCA y ACPT no son los únicos que se han opuesto frontalmente al parque acuático de Sierrallana. Una de las voces más vehementes y que más poso vienen dejando con respecto a este asunto en los corrillos de su partido es la del exconcejal de Urbanismo José Otto Oyarbide (PSOE). Sus alegaciones en contra de las dos gestiones tramitadas en Torrelavega, desde la autorización ante la Crotu junto a los ecologistas de Equo hasta la cesión de los terrenos a Cantur en una comisión informativa de Hacienda –cuya votación en el Pleno sigue retrasándose cuatro meses después–, han integrado buena parte de la oposición al plan y su construcción en parcelas de tipo rústico. Ahora los jueces les dan la razón.

Otro de los asuntos que ha estado bajo la lupa de Oyarbide tiene que ver con los costes del proyecto, el dinero que, pase lo que pase, se construya o no, ya han pagado los torrelaveguenses. A primeros de octubre, el exconcejal cifró en 47.042 euros los informes, estudios y papeles de índole jurídica en los que ya había trabajado el Ayuntamiento para dar salida al megaparque, un dinero al que hay que sumarle ahora el valor de la parcela, que pasó de «71.907» a «223.874 euros» tras el proceso de alegaciones.

El varapalo judicial deja en el aire el futuro de ese eucaliptal y, sobre todo, el interés del Gobierno de Cantabria en poseer un terreno que puede acabar sirviendo para nada. Si el TSJC, o el Supremo, en caso de recurso, convierten el 'aquapark' en papel mojado, todas esas ilusiones vinculadas a crear una suerte de foco turístico sin precedentes en el corazón de la comarca acabarán en la alcantarilla. Los vídeos en inglés, las infografías, aquel Boletín Oficial de Cantabria (BOC)publicado el día de Nochebuena de 2020 para solicitar la autorización de la actuación y los resúmenes que se presentaron en la feria de turismo más importante de España (Fitur) hace apenas unos meses pueden terminar envejeciendo muy mal de aquí a los próximos meses.

Y se han dicho muchas cosas en los últimos meses. Pero lo que nunca transcendió es el nombre de la empresa dispuesta a desembolsar hasta 17 millones de euros en Sierrallana –el presupuesto base de licitación– o los puestos de trabajo generados por estas instalaciones deportivas y de ocio, levantadas sobre un terreno de 29.989 metros cuadrados con capacidad para 1.800 visitantes y con vistas a ser inaugurado bajo el nombre 'Piscinas del Paleolítico. Parque Acuático y de Aventuras de Torrelavega'. El proyecto estrella del equipo de gobierno en esta legislatura fue presentado tal y como lo ven en la infografía adjunta a esta información:arroyos, montañas rocosas, vegetación, lagos, cascadas de agua, piscinas, un circuito de barranquismo único en España... Por tener, tiene hasta un establecimiento de hostelería de 900 metros cuadrados.