El mal estado de viales y cunetas desata las protestas en La Montaña: «Aquí también pagamos impuestos»

En La Montaña y, específicamente, en esta zona que conduce a Los Casares, no vive mucha gente, pero exigen lo mismo que cualquier vecino que habita en el barrio más populoso. «Es que estamos así todos los años. Y no es un capricho, sino algo importante. Aquí también pagamos el IBI y todos los impuestos», sigue Cristina Pérez Alonso, resignada, también, ante la sensación de «tener que estar detrás del Ayuntamiento» para que algunos servicios públicos lleguen al pueblo.

Durante el paseo, ella, Carmen y otros residentes comparten ese mismo sentimiento. Antonio José Romero Gutiérrez es otro de esos vecinos. No vive específicamente en esta zona del pueblo, pero padece esa misma «dejadez». Dice así: «No es que no lo limpien bien; es que no lo limpian. No hay organización. Se pasan las pelota y al final las cunetas ni se ven de lo tapadas que están. Si lo hicieran correctamente, bastaría con que vinieran dos veces al año», explica, descontento con el trato que reciben las carreteras de La Montaña, «al contrario que en el centro, Tanos o Viérnoles».

En el Ayuntamiento recuerdan, con la agenda del Centro Especial de Empleo (Serca) en la mano, que el pueblo es atendido con operarios de este departamento. Para los vecinos, sin embargo, esa labor no es adecuada ni suficiente. «Terminamos haciéndolo nosotros. Qué remedio. Si no, se queda todo taponado e inundado», lamenta Ana Luisa González Santander, otra vecina de La Montaña indignada con lo que considera «una falta total de atención» en la zona.

No es la primera que, como ella, un vecino de La Montaña pone el grito en el cielo por esta misma situación. Después de las trombas de agua de finales de la semana pasada en toda Cantabria, la reivindicación se ha puesto otra vez de rabiosa actualidad en el pueblo. «Por aquí no pasa casi nadie, pero esto también es Torrelavega. No pedimos más que unas mínimas condiciones», exigía hace apenas dos años la propia Carmen Martínez, tras acudir a El Diario y poner voz a estas y otras denuncias.

De vuelta a esta semana, la propia Carmen y Cristina no podían evitar detenerse cada pocos metros y señalar el atasco que sufren algunas cañería. No obstante, no es lo único que les llama la atención. En los últimos meses, y tras una inversión de más de 80.000 euros del Gobierno regional, la carretera intervenida hace unos años por la aparición de un argayo en esta subida empieza a revelar nuevas grietas.

Las alertas por hendiduras en carreteras de el pueblo vienen siendo habituales en los últimos meses. Para muestra, los cerca de 240.000 euros que, en la anterior legislatura, invirtió el Ayuntamiento en La Tejera, en la subida al Dobra. El arreglo de aquel argayo nunca fue fácil. De hecho, el Consistorio venía de destinar 20.000 y 40.000 euros para su arreglo en años anteriores.

Otra demanda persistente que tiene que ver con La Montaña no está relacionada con carreteras, sino con el albergue juvenil que, aún hoy y desde agosto de 2019, sigue sin actividad. Valorado en 340.000 euros, cofinanciados por el Gobierno de Cantabria, el espacio sigue sin futuro claro, lejos de declaraciones o anuncios.