El matadero de Torrelavega culmina su reforma y blinda la seguridad para evitar nuevos accidentes

Esa definición sigue a «años de inversiones» en el conjunto de la instalación y que, según promete el equipo de gobierno, se seguirán produciendo para mejorar las instalaciones en los próximos años –hay planes de eficiencia energética y mejoras en el vial de acceso pendientes de ejecución–. Pero la más urgente era la que se han ejecutado en la cuadra, una de las zonas «más deterioradas» de todo el matadero y que, de hecho, no había recibido ninguna actualización desde su inauguración. Ahora está dotada de «la mejor tecnología», según ha avanzado el regidor.

En eso y en la «apuesta» que harán para mejorar la rutina de estas dependencias también se ha mostrado de acuerdo la nueva concejal responsable, Laura Romano, consciente de la «importancia» de esta reforma para los trabajadores. A su lado, no se ha querido perder la inauguración de estas novedades su antecesor, el ahora teniente de alcalde y edil de Obras, José Luis Urraca.

Él fue quien ejercía como responsable político de la cuadra cuando se produjo el accidente en 2019. Desde aquel día, el ahora primer teniente de alcalde se vio obligado a responder ante todos los grupos de la oposición –ACPT llegó a pedir una Comisión de Investigación sobre el tema–. Pasó prácticamente toda la legislatura, casi tres años, hasta que este impulso a la seguridad –que llegó a quedar desierto en su primera salida a licitación– empezó a ejecutarse; entre tanto, Urraca se defendió siempre avalando los datos de la instalación y el interés que, a pesar de todo, suscitaba la actuación entre las empresas.

Los trabajos que Metaltres Peferlui asumió en el marco de este proyecto tienen que ver fundamentalmente con la «adecuación y redistribución» de los espacios interiores del recinto, concretamente la parte destinada a corrales de permanencia y recepción del ganado. El matadero estrena una nueva configuración interior del complejo, una partición de sus espacios que promete un sistema de trabajo más organizado y garantista. En suma, unos 459 metros cuadrados mejor distribuidos y seguros.

Se acabaron los boxes comunes, que serán independizados mediante espacios individuales «en forma de espiga», siempre provistos de bebederos. Asimismo, se han ejecutado unas pasarelas metálicas para el manejo de los animales, unas prolongaciones orientadas a asegurar las maniobras durante el control de movimientos de las reses. Producción al margen, la actuación también inaugura novedades en otras dependencias: la reforma de la zona de vestuarios, las instalaciones de fontanería y electricidad, la sustitución de la cubierta de la nave de corrales...