Decretada la prisión sin fianza para la mujer detenida por apuñalar a su cuñada en Torrelavega

La víctima presentaba dos cortes, uno en el cuello y otro en el cuerpo y podría llevar horas muerta antes de que fuera encontrada por los bomberos que acudieron para abrir el domicilio en el que víctima y agresora convivían.

La mujer, de unos 50 años, falleció después de que su cuñada le asestara esas dos puñaladas. El cadáver fue descubierto por los bomberos cuando acudieron a la vivienda tras recibir la Policía una llamada de un familiar al ver que no le cogían el teléfono en el segundo piso del número 51 de la calle Julio Ruiz de Salazar. Los bomberos, al comprobar que nadie atendía al timbre desde el interior de la casa, se vieron obligados a derribar la puerta y al entrar en la vivienda se encontraron con el cuerpo ensangrentado de la víctima, un cuchillo de grandes dimensiones y a la presunta autora de las puñaladas con varias quemaduras en el cuerpo, junto a un colchón al que pretendía dar fuego. Instantes después, sobre las tres de la tarde, se dio aviso a la Policía Nacional que custodió el traslado de la agresora hasta el Hospital Sierrallana tras lo que se ordenó su detención para pasar a disposición judicial.

La mujer detenida, también de unos 50 años y que «parece que padece un trastorno psiquiátrico», convivía en el piso con su hermano y la mujer de éste, que es la víctima mortal. Según el testimonio de los vecinos, las dos mujeres compartían piso en el barrio Covadonga junto a la pareja de la víctima y hermano de la presunta agresora, que en el momento de los hechos estaba en el Hospital Sierrallana en una sesión de rehabilitación.

Según fuentes policiales, fue el sobrino de la víctima el que llamó a la Policía preocupado al ver que ésta no respondía a sus llamadas, y una vez en el lugar los agentes requirieron la presencia de los bomberos. Agentes de la Policía Nacional procedieron a la detención de la mujer que presuntamente mató de dos cuchilladas a su cuñada con la que residía en la vivienda. Momentos después de los hechos, la mujer permanecía detenida en el Hospital Sierrallana, donde fue trasladada para ser atendida de las quemaduras que ella misma se había provocado al intentar prender fuego a la vivienda.

El bloque de viviendas en el que se produjeron los hechos se encuentra ubicado junto a los bares Jaime y Las Rejas, en el popular barrio Covadonga, entre cuyos vecinos produjo una gran conmoción el suceso a pesar de que muchos de ellos no lograban identificar a la víctima. José Antonio, uno de los residentes en la zona y que se encontraba por el lugar «tomando algo» antes de subir a comer, comentaba con otro lugareño que al parecer entre la víctima y la presunta agresora no había buena relación. «Dicen que no se llevaban muy bien, pero a saber qué es lo que ha pasado», relataba junto al portal del número 51 de la calle Julio Ruiz de Salazar.

Pilar, que vive en la calle paralela, en el paseo Eulalio Ferrer, dice que subía a casa después de hacer unos recados pero se acercó hasta el lugar al escuchar las sirenas de los bomberos y de la policía. «Al ver el camión de bomberos pensé que se trataba de un incendio pero cuando me aproximé me dijeron que una mujer había degollado a otra en el segundo», apunta. En los corrillos formados entre los moradores de esta poblada barriada no se hablaba de otra cosa. «Este es un barrio muy normal de Torrelavega, habitado por gente trabajadora que va a lo suyo y no se mete en líos, ya ves se toman algo antes de comer como en cualquier otro sitio de la ciudad pero hoy –por ayer– nos ha tocado esto, podía haber ocurrido aquí como en cualquier otro barrio, y tampoco sabemos muy bien qué es lo que ha pasado porque apenas conocemos a estas vecinas», dice.

Mientras se esperaba a la llegada del juez para el levantamiento del cadáver, que se produjo alrededor de las cuatro y media de la tarde, en los bares que hay en los bajos de estos bloques de viviendas de cuatro alturas no se hablaba de otra cosa y del motivo por el cuál se había producido el fatal desenlace.

El Barrio Covadonga surgió en los principios de los años sesenta para dar inmediata respuesta a la necesidad de vivienda de numerosas familias obreras que llegadas de municipios limítrofes y de otras provincias, encontraban trabajo en las fábricas torrelaveguenses, entonces con plantillas superiores a los 2.500 trabajadores y, que en una fase de clara expansión industrial, precisaban de mano de obra no cualificada para mantener su actividad.

La primera zona del barrio fue habitada en lo que hoy día se conoce como los números 40 y 50 de la calle Julio Ruiz de Salazar. Con posterioridad, en 1960, serían habitadas casi trescientas viviendas en la calle Amancio Ruiz Capillas, les seguirían las calles Río Ebro y perpendiculares que bajo la denominación propiamente dicha de Barrio Covadonga, fueron habitadas entre los años 1964 y 1965. Ya en años posteriores, alrededor de 1970, se edificaron los bloques cercanos al río Besaya y, finalmente, en los años ochenta se entregarían las últimas construcciones del barrio, que comprenden parte de la avenida del Besaya, así como la calle Río Cieza. La falta de disciplina urbanística, la necesidad de construir para albergar a cuántos llegaban a la ciudad para trabajar en las fábricas y, consecuentemente, la grave carencia de medios económicos para afrontar desde el Ayuntamiento las muchas necesidades de la nueva barriada, fomentaron que creciera en un gran desorden y en circunstancias complicadas para sus vecinos.

Sin embargo en los últimos años la realidad en el barrio ha cambiado y desde el año 2012 cuando hubo un enfrentamiento entre dos clanes gitanos, con disparos de por medio, no se han registrado incidentes de importancia hasta ayer cuando a la hora de la siesta el vecindario mostraba su sorpresa al enterarse de que una mujer había acabado con la vida de otra a cuchilladas, a escasos metros de sus casas.